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Crítica - Secretos Compartidos

Poster

'Nada nuevo'

02/02/2006 - Por Korben Dallas

(2/5)

Secretos Compartidos
Director: Ben Younger
Intérpretes: Bryan Greenberg (David Bloomberg) / Uma Thurman (Rafi Gardet) / Meryl Streep (Lisa Metzger) / Jon Abrahams (Morris) / Zak Orth (Randall) / Annie Parisse (Katherine) / Jerry Adler (Sam) / Aubrey Dollar (Michelle) / Doris Belack (Blanche) / Will McCormack (Palmer) / John Rothman (Jack Bloomberg) / Mini Anden (Sue)
Duración: 105 minutos
Sinopsis: Rafi es una mujer de 37 años recién divorciada que está desencantada con su vida amorosa. Todo parece cambiar cuando conoce a un joven pintor de 23 que se enamora de ella. Rafi es reticente a la relación dada la diferencia de [...]
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Estreno en España: 3 de Febrero de 2006
Nota I.M.D.B.: 6'1/10 (1603 votos)


CRÍTICA



El joven guionista y director Bewn Younger plantea en esta, su segunda película –tras El Informador, fallida intriga sobre los estafadores de Wall Street- una comedia romántica que aborda las relaciones sentimentales entre un joven pintor judío y una directora de fotografía que le saca diez años. Con esta premisa como punto de inicio, el argumento se completa al presentarnos a la madre del joven como la psiquiatra de ella, cosa que dará lugar a no pocas confusiones y risas para el espectador.

A pesar de tratarse de una historia que invita a la comedia y que da lugar a escenas verdaderamente divertidas –que recuerdan casi instantáneamente a un Billy Wilder inspirado- el guión también se debate por un segundo derrotero dramático que empasta un poco el producto final, como si su director no fuese capaz de mostrar la dureza de la relación entre Rafi (Uma Thurman) y David (Bryan Greenberg) sin cambiar de registro y teniendo por tanto que virar por completo la tónica general del film, lo cual supone una brusquedad de contrastes poco sutiles y nada efectivos, en los que queda de manifiesto la poca destreza de Ben Younger como de director tanto como de guionista.



Por otro lado, agradeceremos la creación del maravilloso personaje que es la Doctora Lisa Metzger, encarnada por Meryl Streep. Sin duda alguna, lo mejor del film, esta psicoanalista judía de familia conservadora pero de consejos progres que asiste, por accidente a cómo una de sus pacientes mantiene una relación con su hijo. Meryl Streep realiza una interpretación que resulta refrescante y dinámica, creíble y muy divertida en la que se destilan gags al más puro estilo holliwoodiense de los cincuenta hasta la sutileza del bochorno alleniano. En contraposición, Uma Thurman se enfrenta a una interpretación bastante anodina y plana en la que no brilla como sabemos que puede hacer pero que achacaremos a la planicie dramática de su personaje, así como tampoco se puede decir nada especialmente elogioso de su partenaire Bryan Greenberg cuyo personaje queda desdibujado por su incapacidad de demostrar la más mínima versatilidad interpretativa.
Formalmente, es una película correcta, sin grades alardes de estilo. Quizá resida en ella un homenaje a la relación cinematográfica que existe entre los films románticos y la ciudad de Nueva York, un residuo muy emborronado del encanto de clásicos que van desde Tú y Yo y Desayuno con Diamantes hasta Hechizo de Luna, pasando por Sleepless en Seatle y las monumentales Maniatan y Annie Hall, un pequeño guiño urbano al amor y al encanto de una ciudad tan mastodóntica como encantadora y en cierta medida acogedora (como siempre promulga Elvira Lindo en sus columnas); pero al igual que su pretensión de crear una comedia dramática, este intento no llega a otro puerto que el de la postal facilona y la anodina puesta en escena que no se guarda en la memoria emocional de ningún espectador que se precie. Mención aparte merece el estilismo de Uma Thurman que verdaderamente duele a los ojos de cualquiera que no se vista en un rastrillo como el de la madre de Pecker.



Es Secretos Compartidos una película que pasará sin pena ni gloria por las carteleras y por la Historia del Cine, que quizá produzca unas cuantas sonrisas gracias a Meryl Streep y que a algún enamorado de Nueva York le traiga recuerdos; es también uno de esos claros ejemplos en los que un proyecto que podría funcionar bien como comedia romántica se trastoca y naufraga por embadurnarlo con pretensiones artificiosamente profundas como la posibilidad de mantener hoy día una relación entre dos personas que se llevan diez años, sin contar nada nuevo ni sacar nada en claro de su planteamiento.

 

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Puntuación de los Usuarios

5.65

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