A partir de Un romance muy peligroso, Soderbergh comenzó a practicar una curiosa dualidad en su carrera. Una película para los estudios y otra para él, intentando buscar un equilibrio y poder estar en primera línea y contar con grandes nombres para sus trabajos pero sin traicionarse demasiado a sí mismo como artista y ofrecer buenos resultados en ambos casos.
Full frontal es una clara muestra de su espíritu independiente. Puede rodar bodrios ultra comerciales como Ocean's twelve, pero ey, que también tiene sus inquietudes y por eso hace Full frontal, para su propia satisfacción y para dejar claro que cuando quiere puede pasarse de un extremo a otro. Porque en esta película más que la historia o las actuaciones lo que realmente tiene protagonismo es su dirección, las ganas de probar planos, probar con filtros (como en una escena de sexo en una habitación de hotel, filmada a través del cristal de una puerta y con una vista super borrosa) y dar salida a esas ideas que deberían rondarle la cabeza y mostrar ganas de narración prque la película ni tiene música ni tiene efectos especiales, ni fotografia preciosista, sólo filmación e interpretación. Ahora bien, muchos directores pensarán que ojalá ellos también pudieran hacer películas inedependientes en las que aparezcan Julia Roberts o Brad Pitt... y quien no. En todo caso es un poco paradójico y creo que yo que así el experimento no es tan arriesgado, pero la verdad es que tampoco es un caramelo dulce.

Se podría decir que la película tiene dos partes que se van intercalando. Es una película sobre parte del mundo del cine, aunque sin aondar realmente en el tema ni tampoco hacer reflexión alguna. También trata sobre la fiesta de cumpleaños de un prestigioso productor y de las personas implicadas en su película y en su fiesta: guionistas, actores, productores, etc... ahí es dónde entran más en juego los personajes, la arena dónde prueban a explayarse. Soderbergh mete la cámara en la vida de estas personas, buscando realismo, por eso es de suponer que utiliza tanto el formato digital y lo combina con los 35mm de toda la vida, para diferenciar la supuesta ficción con la supuesta realidad. En la ficticia e inexistente película (que por cierto se titula "Rendevouz" y en los títulos iniciales aparecen los nombres de los personajes) se cuida muchísimo la fotografía y los diálogos son más maduros y cautivadores (aunque sin teatralidad alguna), como si de verdad intentaran seducir al espectador y en la otra banda, la supuesta realidad, cuando los personajes hablan, ya sean en mónologo o los diálogos lo hacen vacilando bastante, hasta el punto de resultar cansinos (hay mucho "ehh..." "bueno, yo...") e intentando jugar con los silencios pero que sin embargo dan la sensación de cotiadianidad que busca el director. Soderbergh juega con ese balance para acentuar el realismo que quiere filmar con la cámara digital.

El experimento pues resulta curioso de ver, pero tampoco impacta o acaba de cuajar. Se podria decir que es una comedia, pero es más bien sutil y sin estridencias ni golpes de efecto. Hay momentos que si se saborean como auténticos (ejemplo: la conversación que tiene el personaje de David Hyde en la terraza con la veterinaria) otros resultan más artificiales (las escenas de Julia Roberts sobretodo) y el juego se va turnando hasta que al final quea roto sin que uno pueda entender porqué. Steven Soderbergh no ha dado en la diana ni ha hecho ninguna virguería maravillosa pero por lo menos ha hecho un punto y aparte en su carrera más comercial y ha explotado aspectos más puramente cinematográficos, lo que es de agradecer y no estaría de más que alguno de esos directores perdidos en la comercialidad excesiva tuvieran en cuenta (verdad, Kevin Smith?).