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Crítica - Nadie puede vencerme

Poster

'Clásico indiscutible, moderno, salvaje, cruel y romántico'

09/09/2005 - Por Casiotone

(5/5)

Un boxeador y nada más

La personalidad de un autor puede perfilarse claramente, en la utilización por su parte de una serie de recursos, el acercamiento a temáticas u obsesiones que se van repitiendo a largo de una carrera. Pero también es cierto que en muchas ocasiones como en el caso de Robert Wise no encontramos tales características, pero no por ello se puede dudar del carácter basicamente de autor de sus obras, las cuales pese a su diversidad presentan una solidez fuera de toda duda. En el caso de Nadie puede vencerme, también conocida por su titulo en inglés The set up, Wise da una autentica lección de como partiendo de una historia mínima y con escasos recursos se puede dar vuelo a una historia hasta convertirla en una película imprescindible e inolvidable. Bill "Stoker" Thompson es un boxeador que vive horas bajas en lo profesional y en lo personal, pero algo le indica que el combate de la noche que le espera cambiará su suerte y el de su mujer.

Wise apenas necesita de 70 minutos para crear puro cine negro, y además el reclamo del tiempo no es gratuito, en un alarde de autoría, da a entender que la hora en que transcurre el relato es una hora real. En la escena en la que "Stoker" Thompson discute con su mujer Julie la cámara se desliza hacia un reloj, al final de la cinta, el plano se aleja al (igual que en la primera escena se acerca) hasta que se detiene frente a otro reloj, esta vez de calle. Y es que nada es gratuito, tampoco el que apenas utilice 4 escenarios, todos interconectados en la misma zona. Los personajes salen del hotel y enfrente tienen la sala de combates, miran por la ventana del vestuario y ven la ventana de la habitación, salen del combate y acaban en un bar de la acera contigua. Ello provoca que la tensión emocional del relato se mantenga firme durante todo el relato dado que todo y todos están interconectados visualmente.

Nadie puede vencerme es un alegato a favor de la dignidad humana, la historia de un boxeador que vivió tiempos mejores y en el que nadie cree, ni apuesta. Ni siquiera su mujer harta ya de la vida que llevan y que se plantea dejarlo para siempre en dos tremendas escenas donde queda patente la sensibilidad de la que hace gala el relato. Wise confía pues en el hombre pero en el ser individual, no en el colectivo, y así se refleja en como la masa que asiste al combate se comporta de modo histérico, grotesco e inhumano. La película adquiere allí una dureza fuera de lo común, visceral, utilizando primerísimos planos de los espectadores aumenta la tensión dramática del momento.

El boxeo si tiene en esta película, una gran importancia, es parte central del relato y Wise lo rueda con gran pulso y fuerza, haciendo el combate un espectáculo violento y desgarrador. Y eso aumenta cuando "Stoker" decide luchar hasta el final. Presumiendo que todo puede acabar, que esta en el combate de su vida, de allí al final de la cinta todo adquiere tintes dramáticos y poderosos.
Por ultimo solo cabe destacar las interpretaciones principales en especial Robert Ryan que otorga la mirada del hombre que vive un conflicto interno y que sabe que ese combate que le toca vivir es algo mas que subir al ring. También sobresale la fotografía que busca el juego de sombras propias del cine negro.

Un clásico indiscutible, moderno, salvaje, cruel y romántico.

 

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