El título Hanna – Bi, está formado por dos imágenes opuestas que hacen referencia respectivamente a un elemento de demolición (el fuego) y a otro de génesis y renovación (la flor). Esta idea queda perfectamente reflejada en esta apetitosa película que como de costumbre para el cine de su director, mezcla imágenes de gran belleza con otras de una violencia brutal. Dirigida, escrita y protagonizada por el mismísimo Takeshi Kitano, esta considerada como una de las mejores películas de este director por parte de sus seguidores por la forma de llevar a cabo su historia. Puede que para Takeshi este film fuera para él, el más representativo y el que más le gustó llevar a la gran pantalla, prueba de ello es la curiosidad de la película que afirma que los cuadros que se ven en ella están hechos por el mismo.

Nishi, el protagonista de la historia es un policía con mala fortuna, ya que por desgracia perdió a su hija y esta apunto de perder a su mujer y hasta se puede decir que esta en la ruina. Para intentar cambiar su estado de vida Nishi lleva a cabo sus planes para hacer fortuna indignamente con la mala fortuna de nuevo de crearse nuevos problemas y conseguir que mueran amigos y compañeros de trabajo.

Lo más importante de la película es sin duda el guión, la dirección esta muy bien llevada por parte de Kitano, pues es difícil llevar una historia tan extremista, buena fotografía, y planos deliciosos, aun que se hace lenta y aburrida en muchos momentos si no estas acostumbrado al tipo de cine de este gran director. Por lo demás añadir que lo que mas cabe destacar es la variedad de sensaciones que nos hace sentir al espectador al visionar este film; tristeza, furia, alegría, arrebato. Y en la historia los personajes también sufren muchas de estas sensaciones; crueldad, avaricia, mezquindad… y eso es un punto a su favor.

La película es más que recomendable para los amantes del cine oriental/acción/drama, es una buena historia que merece más que un visionado, una buena tesis para valorar realmente esta delicia, por que hay que masticarla bien para dar la valoración necesaria que le corresponde. Una de las grandes de Takeshi, y por suerte no la única.