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Crítica - Una Serie de Catastróficas Desdichas de Lemony Snicket

Poster

'Para ver en familia'

11/06/2005 - Por morneo

(3/5)

Siguiendo más o menos la línea de Harry Potter, se nos presenta esta nueva adaptación de un relato infantil, “Una serie de catastróficas desdichas” escrita por Lemony Snicket, seudónimo de Daniel Handler. Dirigida por Brad Silberling y escrita por Robert Gordon, la película se basa en los tres primeros libros de las “Desafortunadas” series y comienza cuando los niños Baudelaires se quedan huérfanos. El abogado leal pero inútil de sus padres les comunica la fatal noticia, el Sr. Poe, que los lleva a la casa de sus pariente con vida más cercano, el Conde Olaf (Jim Carrey). Los tres huérfanos son Violeta, Klaus y Sunny siendo interpretados respectivamente por Emily Browning, Liam Aiken y las gemelas Kara y Shelby Hoffman. Ellos no son conscientes de las sombrías intenciones de su nuevo tutor. En sus desventuras conocerán a su tío Monty (Billy Connoly), un adorador de reptiles, especialmente de serpientes (en clara alusión y homenaje al grupo cómico británico Monthy Phyton) y a su tía Josephine, una viuda temerosa de todo.

Los jóvenes actores que hacen de los huérfanos Boudelaires se desenvuelven admirablemente en sus interpretaciones, esquivando el caer hacia el sentimentalismo de su triste situación, y no siendo absorbidos por la megalómana interpretación de Carrey, que interpretando al conde Olaf y maquillado de forma excelente, da rienda suelta a su arsenal de muecas y gestos que resultan muy apropiado para este personaje y que consigue además darle ese cierto aire antipático que enseguida sentimos en el Conde Olaf. Este peculiar personaje es un decaído actor teatral vanidoso, temperamental y con una gran codicia. Carrey sabe amoldarse a él y aparenta hacerlo sin apenas esfuerzo. Meryl Streep hace también su aparición como la insegura tía Josephine, haciendo un papel correcto, dando muestras de su gran talante como actriz pero sin excederse. Es curioso observar además los cameos de Jude Law que hace de narrador de la película y de Dustin Hoffman, ya llegando hacia el final, que hace de crítico teatral.



Lo que atrae desde un principio de “Una serie de catastróficas desdichas” es esa ambientación tan burtoniana que posee toda la película, pero viendo que el diseñador de producción es Rick Heinrichs, habitual de cine de Burton en películas como “Sleepy Hollow” o “Eduardo Manostijeras”, no nos extraña que esté tan conseguido, con cierto aire barroco y tenue, pero no siendo una atmósfera tan agobiante como las películas de Burton. La época y los decorados parecen más una original mezcla entre los años cuarenta y finales del siglo XIX, ayudados además de una sutil y vaporosa fotografía que aporta cierto aura gris a toda la película. Además hay que destacar también el vestuario de Colleen Atwood, también diseñadora de los trajes y vestidos de "Sleepy Hollow".

El guión, como he comentado, se basa en los tres primeros libros, pero resulta un guión ligero de contenido, con cierto tono sombrío, negro, con diversas muertes que un espectador infantil no está acostumbrado a ver en una película de este estilo, ya que espera otra cosa. La diversidad de personajes resulta muy efectiva para mantener nuestra atención en el argumento, aparte de la extraordinaria y ya mencionada recreación de este mundo. Su sencillez argumental puede resultar demasiado evidente para un espectador más adulto, pero seguramente uno infantil pueda disfrutar de una película infantil diferente a las demás, pero que se queda por detrás de la imponente estela de Harry Potter y su serie de películas. Aun así es muy recomendable para ver en familia, seguro que la disfrutaréis más.

 

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6.21

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