Esta estupenda película, “Ed Wood”, se puede considerar como un encantador relato lleno de mucho amor por el cine, rodeado en una maravillosa atmósfera en blanco y negro, apropiada para recrear ese particular mundo. Tim Burton nos da a entender que para un devoto cineasta, los mejores momentos son esos que se pasan en un oscurecido cine, envuelto en una película y deleitándose con lo que ha realizado. Ver una película es una forma de evasión de un mundo real y “Ed Wood” argumenta que haciéndolas también pasa lo mismo. Burton sabe apreciar y entender esa devoción por el cine. Después de ver sus trabajos anteriores a “Ed Wood”, como son “Bitelchús” o “Mars Attacks!”, te das cuenta de que en realidad son homenajes a las películas de Serie B de los años 50, que estuvieron llenas de horror, ciencia ficción y monstruos. Con “Ed Wood”, Burton complace esta obsesión con la historia de un hombre al que le gustaba crear y mirar películas. Burton establece una mezcla perfecta de su estilo visual y la incidencia constante en todas sus películas sobre personajes aislados, incomprendidos, como si estuvieran fueran de lugar, como lo fueron Pee Wee Herman, Batman y Eduardo Manostijeras.

Pero ¿quién era Ed Wood? Ed Wood jr. fue considerado como el peor director de la historia y Burton relata el período en el cual hizo sus películas más famosas, como la prácticamente autobiográfica “¿Glen o Glenda?” o “Plan 9 from outer space”. Burton evita hacer la película como un severo relato biográfico de un perdedor, sino que opta por dar un carácter más íntimo a la vida del director y a la gente que le rodeaba, un pequeño grupo de personas que sentían un amor intenso por hacer películas. Es divertido observar a estos personajes, que provocan un cierto humor inocente con su torpeza ingenua.

Johnny Depp encaja a la perfección en el papel de Ed Wood. Es difícil pensar en otro actor que fuera capaz de dar la medida perfecta a este personaje. Era la segunda vez que coincidía con Burton. Anteriormente había protagonizado “Eduardo Manostijeras”. Depp retrata a Wood como un soñador al que le gustan las películas, un hombre ingenuo, optimista siempre en la búsqueda de sus ambiciones, a pesar de las dificultades. Su optimismo se contagia hacia la gente que le rodea y es una persona que adora vestirse de mujer, sobretodo con jerséis de angora, pero no es un travestido, se siente cómodo vistiendo así.

Martin Landau da vida a Bela Lugosi, un anciano gruñón, drogadicto, despistado y muy irritable. Landau hace una interpretación extraordinaria de un viejo enfermo, decrépito, que sabe que algún día morirá y que está esperando ese momento. Para disfrutarla es mejor oírlo en versión original, con un acento convincente y cierto tono de voz que realmente impone mucho, es el auténtico Lugosi. El Oscar a Landau como mejor actor fue justamente merecido. El resto del reparto está bastante bien, pero no llegan ni de lejos al nivel de Depp y Landau.

Burton ayuda a meternos dentro del particular mundo de Ed Wood, creando ese mundo lleno de decorados de cartón piedra con cierto aire cutre, pero que Burton sabe manejar para dar cierta autenticidad acorde a la visión de Wood. Es más, Burton crea con esta película una pulp movie de similares características de las de aquella época, empezando con los títulos de crédito o viendo caer esa falsa lluvia. “Ed Wood” es una película diferente, agradable, curiosa, una biografía hecha a manera de homenaje sobre alguien peculiar, que vivió una época en la cual el cine iba alcanzó su esplendor y que quiso realizar sus sueños.