Dirección: Gerardo Herrero
Guión: Ángeles Gonzalez Sinde
Reparto: Adriana Ozores (Pilar), Carlos Blanco (Germán), María Bouzas (Fina), Mercedes Castro (Sofía), Javier Pereira (Fito)
País: España



Estreno en España: 6/05/2005

Sinopsis

Ambientada en Galicia en la década de los 80, narra el valiente enfrentamiento de Pilar, una mujer poco corriente, contra el poder y contra toda una sociedad cuyas ideas sobre las drogas, los drogadictos y el narcotráfico quiere cambiar, y a la vez hacer frente a su desafío personal que es cambiar lo que más quiere en la vida: el destino de Fito, su hijo toxicómano.

Crítica

Heroína se nos presenta como una película dura, sin tiempo para el sentimentalismo y sí mucho para la realidad. Una realidad acaecida en todo el mundo y que en este caso no sitúa en una Galicia, concretamente Vigo y alrededores, de finales de los 80. El film ha sido elegido por el Ministerio de Sanidad para ser utilizada en campañas de prevención, y esta elección posiblemente se deba a una de las características anteriomente citadas: el abrumador realismo que todos y cada uno de los minutos del metraje desprenden.

El director Gerardo Herrero ha seguido (correcta y acertadamente) la senda de la rigurosidad para contarnos la historia de una sociedad aparentemente normal; normal hasta que nos zambullimos de cabeza en sus noches, en su juventud, en la lacra del contrabando y en sus consecuencias. Entonces es cuando uno se da cuenta de la magnitud de la situación que el largometraje exhibe, encontrándonos con personajes que caen irremediablemente en la perdición de las drogas y otros que no dejan de lado el problema y se encaran con él sin el menor atisbo de miedo. Mujeres y hombres (pocos) que no ignoran una situación cada vez más insostenible dentro de sus familias o de su entorno y luchan por cambiarla, por su erradicación y por establecer una base que minimice el daño de cara al futuro cercano, con la premisa de señalar a los narcos uno por uno.

Aquí es donde aparece el personaje de Adriana Ozores, Pilar, basado en una de las fundadoras reales de la asociación de madres gallegas “Erguete”, Carmen Avendaño. La interpretación de Adriana es muy fuerte y sólida, dejando poco resquicios de duda ante el gran trabajo que esta realizando; en ella se podría decir que vemos a la verdadera Carmen, una mujer fuerte, perseverante y sobre todo, valiente y decidida. El resto de reparto, compuesto principalmente por Carlos Blanco, María Bouzas y Javier Pereira están tambien rozando un magnífico nivel, siguiendo la tónica que desprende todo este conjunto en el que no se cae en el recurso ya utilizado y sobradamente visto de los efectos de la droga sobre el adicto. En esta producción nos movemos dentro de tema sobradamente visitado pero esta vez lo hacemos desde un distinto prisma, ese prisma que muestra la visión más interna e íntima de la familia; retratándonos la forma en que afecta a todo un seno el hecho de contar con un miembro drogodependiente como parte de tal. Veremos la evolución de cada persona con respecto al problema y su manera de afrontarlo, las miserias que llegan a vivir todos y cada uno de los implicados directa o indirectamente y las etapas que, de forma inexorable, vive cada persona que quiere solucionar este problema: desde la vergüenza que sienten al principio al reconocer que alguien cercano a ellos es drogadicto, hasta el punto de concienciarse del hecho sin apenas percatarse y buscar de forma desesperada y contundete una solución para sus seres cercanos y para el tema del narcotráfico en Galicia.

Así pues, nos encontramos con un film con una muy buena puesta en escena, muy rigurosa con el tema que trata y con un trabajo profesional excelente en todos sus aspectos. En ningún momento tenemos altibajos en el ritmo y la intensidad con la que ha sido creada propicia que el espectador se sienta partícipe del movimiento emprendido por estas mujeres en una época en la que, quizás, aún era más difícil luchar contra la droga que hoy en día.

Rueda de Prensa

Gerardo Herrero fue el asistente a la rueda de prensa posterior al pase de la película. En la rueda se abarcaron numerosos temas pertenecientes al tema que trata y se comentaron anécdotas que acontecieron en el rodaje en Galicia.

El director nos estuvo comentando el cambio de registro que la película fue sufriendo con el paso del tiempo. En un primer momento Gerardo quería una película que tratase sobre las presiones de los narcotraficantes, sobre su poder en la sociedad y sobre su apararente inmunidad ante la justicia, pero se dió cuenta que era un tema demasiado utilizado, al igual que el de centrarse sólo en los efectos que la droga tenía sobre un sujeto. Por este motivo decidió dar un giro al film y apuntarlo hacia las relaciones madre-hijo, hacia los problemas que surgen en la familia, el efecto social de las drogas, la concienciación ciudadana... Uno de los aspectos que le sorprendió cuando realizó el trabajo de investigación fue la "inocencia" que tenían las madres sobre estas sustancias, desconocían gran parte de sus efectos y quizás se podría decir que había una visión algo más "romántica" en aquella época que la que podemos tener hoy en día.

Una de las anécdotas fue la que sucedió un día que no comió con el resto del equipo, quedándose apartado para leer el periódico. Un campesino gallego se le acercó y comenzaron a charlar. En un momento dado, el campesino dejó caer "los narcos habían sido muy buenos para Galicia, aportando trabajo, dinero, negocios", totalmente convencido de esta afirmación. Gerardo afirma que si hoy en día aún hay gente que piensa así, no nos podemos hacer idea de cómo estaba la situación en la época en que se sitúa el film, a finales de los 80, donde la sociedad no se percataba del daño real que la droga podía suponer para ella.

Con respecto a los actores, Adriana Ozores estuvo, ya un año antes de iniciarse el rodaje, conviviendo prácticamente con Carmen Avendaño una semana para conocer mejor su vida, su manera de afrontar su situación, ayudando mucho esta experiencia a la actriz para su posterior trabajo. La misma Carmen acabó siendo parte fundamental del equipo, aconsejando sobre aspectos del guión y participando en la promoción en el festival de Málaga. Un aspecto que sorprendió al director fue que de los cinco finalistas para el papel de Fito, tres habían vivido el problema de la drogodependencia en personas muy cercanas a ellas, y todas en la época de mayor impacto en nuestro país.