El tercer trabajo de Hayao Miyazaki, después de “El castillo en el cielo” y “Nausicaä: Guerreros del viento” que ya fueron bien recibidas en su país natal, se dedico plenamente a la invención de su siguiente propuesta “Mi vecino totoro” que como era de esperar Hayao volvía con mas magia y dispuesto a sorprendernos a todos con su talante imaginativo que le representa.

Mi vecino totoro es una obra entrañable, un cuento mas bien infantil, pero con mucha magia y cargada de humor y sentimentalismo. Sabe como hacernos reir y llorar al mismo tiempo.

La historia transcurre en el campo donde Mei y su pequeña hermana Satsuko junto con su padre van a vivir después de que su madre enfermara. Las dos niñas descubrirán fantásticas aventuras y sorprendentes y enigmáticos personajes como Gatobus el grandioso Totoro que le ayudara a comprender el significado de la naturaleza.

Es indudable que a Hayao Miyazaki le entusiasma la naturaleza, y hace buena seña en sus películas con los grandes paisajes adornados de árboles y vegetación frondosa y bella. En este caso aunque la época sea moderna, en el habitad del campo de Japón sigue siendo como antaño, con sus grandes cosechas y casas rurales grandes de maderas que presenta Japón. Pero lo que mas sorprende es el dibujo, ya que para la época esta muy adelantado y que pocas películas como Akira y otras pocas puedan superar tal magnitud de calidad de dibujo. Sorprende también la gran banda sonora que hace hincapié en los momentos mas tiernos del film y nos llena de ternura y sensaciones que solo Miyazaki nos puede demostrar.

No es una película de dibujos mas, no, es de aquellas que cuando la ves y pasa un tiempo la recuerdas como la película mas encantadora que viste, y con el tiempo se hace mas buena y deja su huella entre tus películas preferidas.