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Crítica - Jules y Jim

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'Completa y humana'

12/12/2004 - Por Sycamore

(4/5)

La historia del cine está repleta de triángulos amorosos como recurso narrativo que da más juego que el de una simple pareja donde el juego se centra en si seguirán juntos o no. El triángulo aporta un factor más a la ecuación al pensar si se irá con uno, con otro u otras variantes. A lo largo del tiempo hemos visto triángulos de todo tipo, dos mujeres y un hombre, dos hombres y una mujer, tres hombres... es lo de menos, la estructura suele ser similar. Truffaut se plantea con el guión de Jules y Jim dar un toque definitivo a los triángulos, darle un aire de Nouvelle Vague y poner la cámara casi dentro de los personajes, centrarse en ellos casi tanto como en sus relaciones.

El resultado es un estudio de las relaciones entre humanos tremendamente exhaustivo. Como ensayo y novela no son el mismo soporte ni dan las mismas posibilidades, el resultado hace que los personajes sean representantes de una manera de ver la vida más que personajes en sí mismos. Cada persona se puede identificar con alguno de ellos y sin embargo, por la misma razón, los tres no son totalmente creíbles o mundanos, ni falta que hace. Truffaut nos lo indica así a través de los diálogos, tremendamente buenos pero escasamente naturales, por endosarle a cada personaje una nacionalidad distinta no accidentalmente... son pequeños detalles que hacen pensar que Truffaut se decidió por rodar una historia de triángulo universal y definitiva, no una historia cualquiera con personajes de andar por casa.

Así Jules es el amante abnegado, el calzonazos más auténtico, el amante del amor, el entregado, el desafortunado y del que nadie termina nunca por merecer su amor. Jim es más picaflor, con una moral un tanto dual, con una supuesta individualidad y personalidad que a la hora de la verdad se diluye en favor del sexo femenino confirmando que todos los hombres, hasta los más machos, terminamos siendo unos juguetes en manos de ellas. Catherine es la libertad personificada, la caprichosa, la que mueve los hilos a su antojo y casi siempre se sale con la suya, la egoísta y lo que muchas mujeres, hasta las más entregadas, sueñan con ser. Con estos tres personajes estudiados hasta el fondo y las relaciones entre ellos y algún secundario, Truffaut se dedica a hurgar en las relaciones humanas, amorosas y de amistad, con tremendo éxito. Por encima de ellos tres y dando un punto de vista más "científico" al asunto, el narrador es el ojo indiscreto que desmenuza toda la miga mientras ellos va desarrollando sus filias, fobias, conexiones, desencuentros, dudas, decisiones...

Una pequeña joya de la Nouvelle Vague, completa y humana. Una obra de referencia en el mundo de los triángulos pues su base puede servir para todo tipo de variantes y guiones. Queda la duda de por qué Truffaut eliminó precisamente a Catherine del título. ¿Una especia de castigo a su personaje? ¿Una mayor simpatía por las relaciones de amistad (la más auténtica y duradera en la película) por encima de las amorosas?

8,5/10

 

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