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Director: Alex Garland
Intérpretes: Jessie Buckley (Harper) / Rory Kinnear (Geoffrey) / Gayle Rankin (Riley) / Paapa Essiedu (James) / Sarah Twomey (Agente Frieda) / Zak Rothera-Oxley (Samuel) / Sonoya Mizuno (Operadora policía)
Duración: 100 minutos
Sinopsis: Tras la muerte de James, su marido, Harper Marlowe se marcha a la pintoresca campiña de Coston a pasar una temporada de descanso y relajación. El lugar parece el idóneo para superar esa oscura etapa que ha precedido a la muerte [...]
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Estreno 22 de Julio de 2022
CRÍTICA
Cuando la tragedia de un suicidio sucede sobre una persona cercana, es inevitable que surja inmediatamente un sentimiento cruel: la culpa. En el caso de Harper la protagonista de esta estupenda e inquietante película, la manera que encuentra para asumir esa pérdida (la de su marido) y el sentimiento de culpa que arrastra va a ser trasladándose a un enorme caserón en Gloucestershire y poder estar a solas consigo misma y con la naturaleza. Aprender a desconectar y olvidar. El problema es que no le va a resultar tan fácil…
Al poco de estar en este voluntario aislamiento, comenzarán a ocurrir extraños sucesos, siempre en torno a los habitantes de este pequeño pueblo, y siempre con la sensación de que hay algo que no cuadra, que resulta extraño. Que aterra.
El director de cine
Alex Garland conocido por las películas
Ex Machina y
Aniquilación, nos traslada a este tranquilo entorno para crear una historia que resulta original en una de sus premisas, y que además le sirve para tratar una serie de temas que siempre estarán presentes, a pesar de los acontecimientos que vayan sucediéndose. Además de la mencionada culpa, también encontramos la soledad (buscada y convertida en infierno) el dolor, el trauma, la religión (y los problemas con la sexualidad) o la violencia machista. Temas todos que se van fundiendo con la historia, formando parte indivisible de ella, hasta el punto de poseer carácter propio como tema complejo.
Es el último mencionado, la violencia machista el tema que tiene mayor importancia en la película. La violencia que Harper ha podido ir sufriendo a lo largo de su vida en sus relaciones con los diferentes hombres, hasta cristalizar en el bofetón que le da su marido poco antes de caer al vacío. Una violencia que
Garland expondrá de manera muy sutil al inicio para poco después ir preparando el escenario para el gran truco final. Los hombres como constante amenaza en la vida de Harper. No parece que
Garland quiera ser exponente generalizador de este tema tan popular y polémico, sino simplemente la historia de un caso particular y una experiencia personal de una mujer, Harper, y su relación con los hombres a lo largo de los años.
La película y este tema principal tienen la brillante aportación del actor
Rory Kinnear en un trabajo sensacional y extenuante, reproduciendo la amenaza latente ya desde sus primeras apariciones y logrando con su talento que haya confusión, misterio y siempre una sensación de incertidumbre. En el lado opuesto (y nunca mejor dicho) tenemos a
Jessie Buckley (siempre tan solvente) realizando también un gran trabajo, incluyendo su propio desdoblamiento personal e íntimo y su propio camino hacia la redención o hacia la locura.
No podemos permanecer ajenos tampoco a la gran variedad de simbolismos a los que
Garland nos expone, comenzando por la manzana del pecado, la flor “diente de león” y esa capacidad para clonarse, esculturas, máscaras, etc. Todo un conjunto simbólico a lo que añadir a los misterios y enigmas del film, que lo enriquecen y forman parte de la historia logrando un conjunto sumamente interesante.
Todo un conjunto muy bien trabajado por parte del director, que desde el mismo prólogo nos advierte de que el surrealismo va a asomarse por la puerta de vez en cuando, además del terror, bien medido (y en algunos momentos con aires al cine de
Jordan Peele) y grandes y pausados planos de la naturaleza, también como ente amenazante o como compañera protectora, pero siempre de gran belleza, sin olvidar un algunas particulares escenas que nos recuerda a algunos momentos del cine de
Cronenberg.
La música de
Ben Salisbury y
Geoff Barrow y una canción de
Elton John nos irán acompañando a este particular y aterrador viaje, donde nada (o nadie) es lo que parece y donde hay mucho que descifrar...
@sergio_roma