Domino (2018)
Director: Brian De Palma
Intérpretes: Nikolaj Coster-Waldau (Christian) / Carice van Houten (Alex) / Guy Pearce (Joe Martin) / Eriq Ebouaney (Actor) / Truus de Boer (Fotógrafo) / Younes Bachir (Miguel) / Inge Lise Goltermann (Policía) / Don Alphonso (Policía) / Bouzan Hadawi (Joven) / Mohammed Azaay (Salah Al Din) / Morten Feldt (Policía) / Søren Malling (Lars Hansen) / Paprika Steen (Hanne Hansen)
Duración: 89 minutos
Sinopsis: Un policía danés, junto a una oficial, intenta localizar al asesino de su compañero sin saber que en realidad a quien persiguen está trabajando en una operación especial de la CIA que sigue el rastro de una célula europea del ISIS. [...]
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Estreno 21 de Febrero de 2020

CRÍTICA

Resulta decepcionante e incluso triste e incomprensible, que el mismo cineasta que ha firmado importantes obras como Carrie (1976), El Precio del Poder (1983) o Los Intocables de Elliot Ness se presente ahora con un producto de tan baja calidad.

Ha habido muchos problemas de producción, de financiación y de coordinación entre los países que la producen (incluido España) hasta el punto que Brian De Palma califica la experiencia de “horrible” y de condiciones muy malas en su primera y última participación en una producción danesa. Aún así, eso no es excusa para que el resultado final no esté a la altura de un cinesta de su talla ni de que haya tantos elementos tan negativos que la convierten en la que probablemente sea la peor película de su amplia filmografía.
El mismo cineasta ha confesado que no está satisfecho con el resultado. Un resultado que convierte la película en completamente prescindible.

La premisa no es del todo mala, un thriller en torno al terrorismo internacional. El problema es el desarrollo de la misma, plagado de síntomas de dejadez, poco entusiasmo y muy poco talento.

Rodada en Málaga, Almería, Amsterdam o Copennaghe, el film contiene todos los elementos clásicos del género y se aventura interesante, con algunos detalles marca de la casa de De Palmaa aceptables al inicio del film. El problema es que conforme se va desarrollando la trama la película se va convirtiendo en un telefilm de muy baja altura y situaciones que debieran ser tensas o emocionantes como acciones sobre un tejado, la pérdida de un arma, etc, se convierten en ridículas provocando incluso sonrojo, que es la peor reacción que puede provocar una película de este tipo.

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La simplificación del guion es infantil, así como la representación del villano, del terrorismo islámico y hasta de la propia CIA, alejándose en muchos momentos de películas como El Caso Bourne y acercándose más a películas como Johnny English...

Ni la fotografía de José Luis Alcaine (colaborados habitual de De Palma) destacable en algún momento, ni la música de Pino Donaggio, consiguen levantar este monumento a la desidia, y la participación de dos actores populares como Nikolaj Coster-Waldau y Carice van Houten conocidos por Juego de tronos, como Jaimie Lannister y Melisandre, respectivamente, tampoco ayuda a mejorar la calidad del film, con papeles tan flojos e interpretaciones tan planas.

Como no podía ser de otra forma en este clima tan convencional, la imagen de España vuelve a ser anacrónica, con las corridas de toros como símbolo más significativo y como marco para el desenlace final, que mantiene el mismo estilo gris de toda la película.

Una película olvidable e innecesaria, impropia de un cineasta con la trayectoria de Brian De Palma.



@sergio_roma