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Crítica - El Crack cero

Poster

'Madrid, 1975'

04/10/2019 - Por Sergio Roma

(3/5)

El Crack cero
Director: José Luis Garci
Intérpretes: Belén López / Macarena Gómez / Paula Echevarria / Miguel Ángel Muñoz (Moro) / Cayetana Guillén Cuervo / Carlos Santos (Germán Areta) / Pedro Casablanc (El abuelo) / Luisa Gavasa / Patricia Vico / Fiorella Faltoyano / Luis Varela (Rocky) / Ana Iglesias (Client) / María Cantuel
Sinopsis: Seis meses después del suicidio del afamado sastre Narciso Benavides, una misteriosa y atractiva mujer casada visita a Germán Areta, prestigioso ex policía de la Brigada Criminal y ahora detective privado, para que inicie una investigación exhaustiva sobre el “Caso Benavides”. [...]
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Estreno 4 de Octubre de 2019

CRÍTICA



Aunque había asegurado que no iba a volver a rodar, las circunstancias han llevado a José Luis Garci a hacerlo, y no podía haberlo hecho de mejor manera que cerrando la trilogía de uno de sus mejores trabajos, las “películas Crack”, que protagonizaran en su momento un sorprendente Alfredo Landa.

La primera película aparecía en el año 1981, El Crack y trataba sobre Arieta, un auténtico policía que se había pasado al lado detectivesco. La película tuvo muy buena aceptación y tan solo dos años después aparecía de nuevo el detective Arieta en El Crack II.

El Crack cero supone la precuela y cierre de la trilogía. Un cierre elegante y con estilo que además de presentarnos de nuevo al detective Arieta, también nos hace disfrutar de una aventura de misterio. Un thriller al estilo Garci.

Pero esta película, es sobre todo una película cargada de homenajes. Un homenaje evidente al cine clásico, al cine Noir de aquellos años en los que no existía lo digital y todo se hacía desde un prisma analógico, de manera artesanal. Garci ha querido plasmar ese tipo de cine en la forma y en el fondo y el hecho de rodar en blanco y negro, además de conformar esa idea, supone todo un acierto y resulta casi imprescindible.

Es también un homenaje a Alfredo Landa. Ese actor de comedias que de pronto encarnaba al detective Arteta, y, sorpresa, lo hacía de maravilla. Un actor mítico que ha dejado una gran estela y un gran recuerdo en este personaje, sustituido en esta ocasión por un Carlos Santos en uno de los mejores trabajos de su carrera.
Contundente, serio, profesional, un superhéroe noir sin ningún tipo de miedo. Un detective a la vieja usanza, con estilo. Carlos Santos ha sabido meterse en su piel y ha sabido devolverle la vida a un personaje mítico, que mezcla a la perfección el acero y la plastilina en una misma persona. Un detective que se envuelve en la oscuridad pero que guarda cierto optimismo, tanto en la relación con su novia, como en el futuro del país: “vienen tiempos mejores”. Es además una especie de superhéroe de época, un tipo que sabe poner a la gente en su sitio, y que sobre todo no permite que una mujer sea maltratada. Arteta está acompañado además de unos secundarios de lujo, interpretados de manera brillante por otros grandes actores, como Miguel Ángel Muñoz, Luisa Gavasa, Cayetana Guillén Cuervo, Luis Varela, Pedro Casablanc…En este sentido Garci se preocupa por explorar lo que él llama el “territorio b” de los personajes. Sus vidas más íntimas, más ocultas. Sus pasiones y sus secretos, siempre expuestos con discrección, pero siempre al alcance de quien quiera acercarse a explorarlos…



Evidentes son también los homenajes al Madrid de los años 70 (fantásticas esas postales visuales de la época) con sus tascas y sus partidas de mus e incluso un homenaje al propio cine de Garci en numerosos guiños.

El guion es una historia detectivesca cualquiera, un asesinato y varios sospechosos en una trama entretenida. Es una historia donde interesa su resolución tanto como la manera en la que se mueven todos los personajes a través de ella, a través de un asesinato que no parece importarte a nadie, excepto a una mujer: Remedios (Patricia Vico), la femme fatal ("...no me digas que te ha pillado por sopresa, los besos siempre se ven venir...")

En torno a la historia encontramos todo tipo de referencias culturales, el arte expuesto en paredes, la literatura en libros que leen, en las frases que dejan caer y comentan los personajes, la música en cantantes como Cole Porter, deportes como el boxeo o el fútbol en su vertiente más auténtica y romántica, y por supuesto el cine, con referencias directas y otras más indirectas con películas siempre presentes como La Mujer del Cuadro, Perdición, Gildao Detour (1945). Todo un festín cultural reconocible.

Garci ha sabido atrapar un tipo de cine, el cine Noir clásico y lo ha acompañado de una atmósfera muy especial, buscando la esencia del cine negro en sus paletas cargadas de colores en blanco y negro, y tonos de soledad e inquietud de los personajes.

El aspecto político cobra importancia también en el desarrollo de la película, y la España de los últimos días de Franco siempre está presente en los pensamientos y preocupaciones de los personajes como un reflejo de la sociedad de la época y de las incógnitas a las que se enfrentaban.

Hay aspectos realmente deliciosos como los fundidos en negro al finalizar algunas escenas, con ese aspecto tan teatral y armónico, la melodía clásica “crack”, el piano y el saxo…todo un cine artesanal y de atmósferas que se aleja de lo digital para “volver a empezar” en torno al cine primigenio.

Cine de tabaco, se saxo y sexo, de fatalidades, de rubias de vuelta de todo, morenas que cantan al olvido, clubs privados, sombreros y gabardinas. En conjunto, todo un canto de amor al cine, desde su esencia más básica y más romántica.

Estamos ante una película pequeña en cuanto a presupuesto y pretensiones, pero muy grande en cuanto otros muchos aspectos. Un magnífico cierre estelar a una trilogía importante, que forma parte de la historia de nuestro cine.




@sergio_roma

 

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