El aliento del dragón.

Uno de los puntos fuertes del cine, consiste en llevar al espectador historias con las que sueña, pero no puede realizar. En Excalibur, John Boorman consigue sumergirnos en una de las historias fantástica más importante del mundo del cine. Desde el principio hasta el fin, toda la cinta es mágica, y de color esmeralda. El reto no era fácil, la leyenda artúrica, es un hueso duro de roer, sobre Arturo y sus caballeros han corrido ríos de tinta y de celuloide.

El reto de llevar al cine la historia de Excalibur y del Rey Arturo ya se había acometido antes y después de esta película, pero es a partir de esta película, cuando aparece un referente de como representar el mundo de Merlín.

Alejándose de idílicos guiones, y cuentos de hadas, el director, guionista y productor John Boorman, nos sumerge en un mundo caótico, donde las luchas de poder, las traiciones y la guerra son crueles y sanguinarias. Pero a pesar de la crudeza con la que se nos envuelve la leyenda, la magia está presente en todo momento. Es más todos los personajes están envueltos por un halo mágico, como si los conjuros de Merlín nos hicieran ver las cosas neblinosas y verdes.

Las localizaciones de la cinta son impecables, el vestuario sensacional y la música soberbia. No creo que alguien que haya visto la película pueda olvidar la escena en la que por primera vez suena el tema principal de Carmina Burana, acompañando el galope de los caballeros del nuevo Rey.

Como ya he dicho el vestuario es excelente, pero además es muy creíble. Los diseños de las armaduras están muy cuidados, y cuentan con algo que otras películas adolecen, las armaduras de Excalibur pesan, o al menos dan sensación de peso, de falta de movilidad. Las espadas y mazas pesan, y abollan el metal cuando golpean, sonando al entrechocar. Este realismo, es algo no conseguido por otras películas medievales, donde se cuidaba más el aspecto atractivo de los actores que el realismo.

Todos estos puntos positivos se refrendan con una excelente dirección de fotografía, a cargo de Alex Thomson responsable de películas como Legend o Dentro del Laberinto.

La fidelidad a la historia, algo importante siempre que se trata de una adaptación, y más en este caso por su trascendencia a nivel mundial, es algo fundamental y bien llevado durante todo el metraje. El control de Boorman sobre todos los aspectos de la producción, le permite hacer las cosas a su gusto, sin ponerse trabas. El trabajo de dirección está a gran nivel, quizás no resalten los actores por sus actuaciones concretas, pero el conjunto de todas ellas dota a la película de un aire teatral muy del gusto británico que favorece mucho al desarrollo de la acción y colabora a recrear a la perfección el mundo místico que rodea al mundo Artúrico.

Sin lugar a dudas estamos ante la mejor película de caballeros jamás rodada, al menos en lo que al Rey Arturo se refiere. Desde la fecha de su estreno Excalibur ha sido y será un referente en el género.