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Crítica - Que Dios nos perdone

Poster

'No habrá paz en Madrid'

27/10/2016 - Por Sergio Roma

(3/5)

Que Dios nos perdone
Director: Rodrigo Sorogoyen
Intérpretes: Antonio de la Torre (Inspector Velarde) / Roberto Álamo (Inspector Alfaro) / Javier Pereira (Andrés Bosque) / Luis Zahera (Alonso) / Raúl Prieto (Bermejo) / María de Nati (Elena) / Ciro Miró (Gabriel) / Fran Nortes (Rafael March) / Mónica López (Amparo) / María Ballesteros (Rosario) / José Luis García Pérez (Sancho) / Josean Bengoetxea (Mariño) / Andrés Gertrudix (Padre Raúl) / Ester Expósito (Chica) / Alfonso Bassave (Céspedes) / Rocío Muñoz-Cobo (Juana) / Luis Fernández de Eribe
Duración: 127 minutos
Sinopsis: Madrid, verano de 2011. Crisis económica, Movimiento 15-M y millón y medio de peregrinos que esperan la llegada del Papa conviven en un Madrid más caluroso, violento y caótico que nunca. En este contexto, los inspectores Alfaro y Velarde deben encontrar [...]
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Estreno 28 de Octubre de 2016

No cabe duda de que nos hallamos ante una nueva edad de oro del cine español, en cuanto a un género en concreto se refiere. Ya la tuvimos en su momento con el género del terror, y en este momento es el thriller, especialmente el policiaco, el que copa las salas y el que recibe el aplauso de la crítica. Y no es para menos, dado que estamos ante una generación de directores que se han tomado muy en serio el género, y que teniendo como referencia a maestros como David Fincher han sabido añadirles su propio sello y han dado pasos certeros en beneficio de un nuevo lenguaje en nuestro cine. No es fácil determinar en qué momento exacto surgió el movimiento, pero es evidente que películas como Celda 211 y No habrá paz para los malvados fueron muy importantes y supusieron un determinante paso y un esquema a seguir que ha ido dando sus frutos con otras tantas películas como La Isla Mínima o El Niño (2014) (ésta aupada sobre todo por una formidable promoción televisiva), y con estrenos tan interesantes en este mismo año como Cien Años de perdón, El Hombre de las Mil Caras (2016), Tarde para la Ira, y la película que nos ocupa, Que Dios nos perdone.


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Rodrigo Sorogoyen ya había dado muestras de su extraordinaria capacidad para la dirección con su ópera prima Stockholm, una estupenda película que sin llegar a ser un thriller puro, sí tiene suficientes elementos para proporcionar interesantes momentos de intriga. En esta ocasión se rodea de una mayor producción, y con ello la fotografía de Alejandro de Pablo y la música de Olivier Arson cobran gran protagonismo y aportan madurez y contundencia a la película cerrando un conjunto bien elaborado con las notables aportaciones interpretativas de la pareja formada por Antonio de la Torre y Roberto Álamo.

La trama gira en torno a un violador de ancianas en pleno centro de Madrid, al que no logran seguir la pista a pesar de los crímenes que va cometiendo casi sin dar respiro. En este particular ambiente, nos encontraremos con dos marcos apropiados que se combinan a la perfección. Por un lado, las relaciones profesionales entre los policías, las clásicas luchas de egos y la necesidad de humildad cuando la ocasión lo requiere o el panorama social lo aconseja. Por otro lado Madrid. Perfectamente dibujado en un ambiente de protesta social, conflictos y la abrumadora sucesión de acontecimientos que suele acompañar a la ciudad, en un retrato certero y necesario para la historia. En todo este conjunto, Sorogoyen acierta de lleno, y consigue que el entorno sea el apropiado para que el suspense y la tensión cobren protagonismo. También con buen criterio, se centra por momentos en las vidas personales de los policías y de las víctimas, jugando las bazas necesarias para que la película no pierda ritmo y sobre todo que no pierda interés, e intentando crear un retrato de un asesino que parece no tener cara.

Es en momentos muy puntuales, especialmente en el tramo final, donde en ocasiones se eche de menos una pincelada más fina a la hora de afrontar ciertas situaciones narrativas o a la hora de profundizar en el posible asesino o en el personaje del policía más violento, y puede que esto haga que cierto realismo se difumine ligeramente, pero poco a poco la película vuelve a cobrar interés y vuelve a presentarse como una notable historia de acción, con todos los elementos clásicos a los que estamos acostumbrados.

Ante todo esto, sólo cabe disfrutar. Sentarse en la butaca y dejarse llevar por la trama, plantearse incógnitas y vivir la acción minuto a minuto. Lo que viene a ser un thriller puro.






sergio_roma00@yahoo.es
twitter: @sergio_roma

 

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