Babadook
Director: Jennifer Kent
Intérpretes: Essie Davis (Amelia) / Daniel Henshall (Robbie) / Tim Purcell (The Babadook) / Noah Wiseman (Samuel) / Benjamin Winspear (Oskar) / Craig Behenna (Warren) / Hayley McElhinney (Claire) / Cathy Adamek (Prue)
Duración: 93 minutos
Sinopsis: Después de la muerte de su marido, Amelia trata de criar sola a un hijo conflictivo que tiene una pesadilla recurrente en la que es perseguido por un monstruo. El ambiente se enrarece aún más con el descubrimiento de un extraño [...]
Lea más en su ficha

Estreno 16 de Enero de 2015

CRÍTICA

Irrumpe con mano firme la actriz, guionista y cortometrajista Jennifer Kent en la dirección de largometrajes con el sombrío relato de una mujer devastada por la muerte de su marido que siete años atrás sufrió un accidente cuando ambos viajaban al hospital en el que ella tenía que dar a luz. Samuel, el hijo de la pareja, está marcado por la tragedia desde su nacimiento, y últimamente ha sufrido unas terribles pesadillas en las que aparece un monstruo que tiene el poder de traspasar las fronteras del sueño y hacer de las suyas en el mundo real. Las visiones cobran una fuerza desproporcionada cuando el niño descubre en casa un misterioso libro protagonizado por un ser salido de ese universo de terrores infantiles.

(Más imágenes en su galería)

Kent juega maravillosamente bien con las referencias grabadas en el inconsciente colectivo, aprovechándose del espanto que puede producir según cuál sea la iluminación y la hora de la noche en que nos topemos, pequeños y mayores, con algo en principio tan inocente como un abrigo y un sombrero. El monstruo no es más que eso. Las sombras que habitan en cada uno de nosotros proyectadas desde el armario por una silueta oscura. Cuando eres capaz de dar con la esencia del miedo no necesitas un gran despliegue de medios para contar una historia que aterrorice y haga además reflexionar. Babadook asusta al tiempo que propone complejos dilemas morales de los que ninguno conseguimos desembarazarnos sin que nos toquen. Lo más sobrecogedor del conjunto es la cercanía de los acontecimientos. De su arranque, al menos. El insomnio, la pérdida de un ser querido, la convivencia. Elementos cotidianos que mal llevados pueden transformarse en detonantes de una tragedia. La realizadora australiana ha profundizado en ellos alejándose de las artimañas efectistas y los sobresaltos serializados propios del cine de horror actual. Consciente de que el recurso en el que escarba resulta mucho más poderoso y deja una huella más profunda.

El peso dramático recae prácticamente en su totalidad sobre Essie Davis y el jovencísimo y recién descubierto para la gran pantalla Noah Wiseman. Davis se llevó el premio a mejor actriz en Sitges y su interpretación es tan ajustada que no se sabe qué esperar de ella conforme avanza el metraje. De eso va la cosa. Noah Wiseman se mantiene a su altura con el tono irritante que requiere el papel. Sus tropecientos “mommy!” por minuto se te clavan como agujas oxidadas.

Buena parte del modesto presupuesto de la producción ha sido recaudado a través de una plataforma de crowdfunding con aportaciones de donantes de todo el mundo. Sirviéndose del mismo medio, el libro que desencadena la trama —hecho a imagen y semejanza del que aparece en la película— sale ahora a la venta. El culto está servido.

M. Montañés
@budoson
bu2on.blogspot.com