Buenas vibraciones me daba a mi esta película antes de verla, mas que nada porque tenía aun el regustillo de otro thriller español, El alquimista impaciente, que me había dejado un buen sabor de boca. No tienen nada que ver por supuesto la una con la otra, ya que una (El alquimista impaciente) está basada en una novela de Lorenzo Silva, y la caja 507 es una idea original del director Enrique Urbizu.

Una vez vista, la opinión final es que no defrauda, pero quizá si que podía haber ofrecido algo más. Por momentos se hace demasiado lenta, que no aburrida, desatando poco a poco cabos y más cabos en una trama bastante bien elaborada.

La historia se centra en dos personajes principales. Modesto, un hombre honrado y trabajador que dirige un banco en una ciudad costera. Por otra parte está José Coronado, que interpreta a un antiguo policía corrupto y violento que trabaja ahora para un mafioso italiano. Por culpa de un atraco en la sucursal de Modesto, sus vidas se ven cruzadas, todo por un hecho que ocurrió hace 7 años. Aquí empieza una carrera paralela entre ambos con un destino: cruzarse y explotar.

A partir de aquí se juntan personajes de lo mas variopinto. Desde mafiosos italianos a ladrones del peñón, pasando por el fabuloso mundo de la especulación inmobiliaria.

Lo peor de todo, es que mientras ves la película, hay momentos en los que piensas que todo eso puede ocurrir tranquilamente en la vida real, la vida y los trapicheos que se llevan a cabo en las lujosas mansiones de la costa mediterránea, los millones que se embolsan unos y otros por la construcción de este centro comercial, o por el levantamiento de un campo de golf. Pero cuidado, que esto no es la vida real, esto es ficción, y la clave esta... en la caja 507.