Una Vida en Tres Días
Director: Jason Reitman
Intérpretes: Kate Winslet (Adele Wheeler) / Josh Brolin (Frank) / Gattlin Griffith (Henry Wheeler) / Clark Gregg (Gerald Wheeler) / Maika Monroe (Mandy) / James Van Der Beek (Agente Treadwell) / Tom Lipinski (Frank joven) / J.K. Simmons (Mr. Jervis) / Brooke Smith (Evelyn) / Brighid Fleming (Eleanor) / Alexie Gilmore (Marjorie) / Lucas Hedges (Richard) / Micah Fowler (Barry) / Tobey Maguire (Henry Wheeler adulto) / Dylan Minnette (Henry, 16 años)
Duración: 111 minutos
Sinopsis: Adele es una madre deprimida tras su divorcio que recoge a un hombre herido, quien resulta ser un convicto escapado de prisión. Mientras la policía registra el pueblo para encontrarle, la madre y su hijo conocen la historia del hombre y [...]
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Estreno 14 de Marzo de 2014

CRÍTICA

Da igual que uno consiga labrarse un nombre propio con estilo personal sacudiéndose el sambenito de “hijo de”. Da igual que tus tres últimas películas, concebidas desde el cine comercial pero con algo de espíritu indie, hayan contribuido a definir una hoja de ruta a la que agarrarse y por la que construir un tipo de cine de autor bastante reconocible. Y digo que da igual porque, si después de asentar las bases de lo que parecía una carrera bastante firme decides saltarte todas tus señas de identidad para intentar dirigir un melodrama de manual, de los que las mujeres arrastran a sus parejas al cine acompañadas de un paquete de klínex, y de esos cuya fecha de estreno pegan más justo un mes antes en el calendario, tienes posibilidades de conseguir algo decente, no digo yo que no, pero la variante de que salga un drama ramplón de los habituales en las sobremesas de fin de semana también se contempla. Y es lo que al final ha sucedido.

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El principal motivo por el que la cosa no funciona como debiera (o como se pretendía) es por una historia de amor de perfil adolescente que situada en una pareja adulta queda desdibujada. Por mucho que se afanen Kate Winslet y Josh Brolin en sus respectivos roles y a pesar de la química palpable que consiguen entre ambos, toda la situación está barnizada con tal capa de incredulidad que hace la historia de muy difícil digestión. De un lado una madre divorciada con trastornos psicológicos. Del otro, un lesionado fugitivo de la ley que lejos de representar una férrea amenaza (vale, al principio asusta un poco, pero dura cinco minutos), se revela como el hombre más encantador del mundo, trabajador, manitas, voluntarioso, y sin temor (dada su condición de buscado por la policía de todo el condado) por dejarse ver a plena luz del día cambiando el aceite al coche junto a la carretera vecinal. Ante un hombre así quién no se va a enamorar. Por si todo no fuera tan rematadamente ñoño, el traductor de títulos, una vez más, pone la guinda a semejante pastel.

Seguro que si a Jason Reitman le dices que su nueva película se parece a dos trabajos de Clint Eastwood, lo mismo se lo toma como un halago. Lo cierto es que Una Vida en Tres Días es una especie de mezcla entre Un Mundo Perfecto y Los Puentes de Madison, pero no en el buen sentido ni rematadamente cerca del resultado de aquellas dos. Aquí, los hechos están tan teledirigidos y tan lejos de parecer verosímiles que, aunque formal en su propuesta, es imposible tomársela en serio. Llegados a este punto, el cameo final suena incluso a chiste.