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Crítica - Cuando todo está perdido

Poster

'El viejo y el mar'

13/02/2014 - Por Evelio Barbero

(3/5)

Cuando todo está perdido
Director: J.C. Chandor
Intérpretes: Robert Redford (Hombre)
Duración: 106 minutos
Sinopsis: Un hombre navega por el océano Índico a bordo de su barco. Un día, mientras duerme, un ruido le saca del sueño: el agua ha entrado a su camarote. Empezará entonces una lucha desesperada contra los elementos, pues, justo cuando cree [...]
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Estreno 14 de Febrero de 2014

CRÍTICA



Que me perdone el bueno de Robert Redford, que sigue espléndido a sus 77 años y siempre le he profesado mi respeto y admiración, pero no se me ocurre un título para la crítica que describa mejor y en menos palabras la nueva película de J.C. Chandor que recurrir al de la novela de Ernest Hemingway. La gran diferencia reside en que esta vez no hay pez que valga en la lucha del hombre contra los elementos, tampoco un tigre llamado Richard Parker compartiendo bote. Ni siquiera Wilson como recipiente de pensamientos en voz alta. Es el hombre y el océano. Redford y las adversidades. Una película que debería ser de obligado visionado para sacarse el carnet de patrón de embarcación como perfecto manual de supervivencia en condiciones extremas. Una descripción gráfica de la ley de Murphy aplicada al mundo de la navegación en solitario.


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Parece que Chandor, tras la buena acogida de su debut enMargin Call, ha buscado narrar algo diametralmente opuesto a la que fuera su carta de presentación. De un reparto coral ha pasado a un único personaje. De los espacios cerrados y claustrofóbicos de una oficina a la inmensidad y soledad del océano. De la verborrea cargada de datos económicos al silencio casi absoluto que ocupa todo el metraje. Más distintas no pueden ser una de otra. Mientras allí nos ponía en situación para conocer como se gesta una crisis financiera que acabó afectando a medio planeta, aquí se ahorra cualquier tipo de explicación, por otro lado totalmente innecesaria, y pasa directamente a los hechos. Un accidente fortuito para comenzar y una odisea agonizante de ocho días para desarrollar.

Y así durante poco más de hora y media. Robert tirando de veteranía marítima solventando problemas según van surgiendo. Porque surgen, y muchos. Sin llegar a parecerse a niveles visuales ni frenéticos, comparte con Gravity, cambiando espacio exterior por mar abierto, ese afán por mantenerse vivo cuando las circunstancias motivan rendirse y bajar los brazos. La principal diferencia a la hora de juzgar el resultado podría ser la misma. Ni explota lo visual ni mantiene un ritmo intenso. Se deja llevar por la corriente sin ofrecer resistencia. Al menos queda la presencia de Redford, lo que siempre es disfrutable.

 

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Puntuación de los Usuarios

6.39

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