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Crítica - La Venus de las Pieles

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'O cuando la zorra cazó al zorro'

30/01/2014 - Por Álvaro de Paz

(4/5)

La Venus de las Pieles
Director: Roman Polanski
Intérpretes: Emmanuelle Seigner (Vanda) / Mathieu Amalric (Thomas)
Duración: 96 minutos
Sinopsis: Tras un intenso y penoso día de numerosas audiciones, Thomas, un dramarturgo que está buscando a la actriz que ha de interpretar al papel femenino principal de la obra 'La virgen de las pieles', de Leopold von Sacher-Masoch, originadora del término [...]
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Estreno 31 de Enero de 2014

CRÍTICA



Roman Polanski, el niño polaco que sobrevivió a los campos de concentración, al asesinato de su mujer embarazada de ocho meses y a estar en busca y captura desde hace treinta y siete años por el gobierno de los Estados Unidos. Ahora se encuentra en el ocaso de su leyenda con ochenta años, su vida es una película en si misma. Conocemos también su historia como su filmografía. Una persona tan inquietante o más que su propio cine; un caso atípico en el mundo del celuloide; un rara avis enormemente interesante.


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Allá por 1989 Roman se casó con su Venus particular, la actriz y modelo francesa Emmanuelle Seigner; la protagonista de esta pequeña pieza. Una atractiva mujer presente en algunos de sus films y compañera sentimental desde hace veinticinco años. Aquí encarna a la perfección a Venus, la diosa del autor teatral de la obra, el actor Mathieu Amalric, un álter ego del propio Polanski con treinta años menos, el mismo flequillo, 1,65 cm de altura y aire de chico atontado que tenía en esa época el director de polaco.
Estamos por así decirlo ante una historia autobiográfica como lo fue su obra maestra El Pianista; devolviéndonos ésta al horror de los campos de concentración nazi, donde nuestro pequeño infante salvó su vida afortunadamente para la raza humana y el mundo del cine. Y si esa bella historia en esa obra maestra ambientada en su Varsovia natal nos enamoró, ahora nos embarca en otro pasaje de su vida, el enamoramiento de su ahora esposa por medio del teatro.

Una noche lluviosa en París. un director hasta ahora solamente adaptador y autor, dirige aquí su primera obra “La Venus de las pieles” basada en una pieza teatral del 1800 ambientada en Viena. Ya no queda ninguna actriz esa noche para la audición, hasta que por la puerta entra una mujer empapada debido a la fuerte lluvia que esa noche cae bajo el cielo parisino, esconde una enorme belleza bajo ese maquillaje corrido, desprende una absoluta sensualidad, un magnetismo oculto que podría hacer perder la cabeza al más templado de los hombres, con más pintas de prostituta que de actriz sería. Este es el arranque del juego puramente teatral que nos propone el señor Polanski. Donde la obra, vida y la propia historia del director el real y el ficticio se entrelazan de tal manera que se te olvida que es cierto y que no. Esa es la gran virtud de esta película, el meterte tan profundamente en el juego que se llevan los dos protagonistas desde el primer segundo que al terminar sus noventa y seis de duración te quedas pidiendo un poquito más. Un juego de poder, de ambición, de ofrecer lo que tienes a cambio de algo que no posees, pero sin arriesgar del todo lo que crees que puedes perder. Un te quiero y no debería estar aquí ahora mismo, pero no puedo ni debo irme... o quizás si…

El señor Roman Polanski nos plantea una moraleja final. Si eres espectador masculino te hará esbozar una media sonrisa de eso me suena…y si eres espectadora femenina dirás: "Qué sabrá este tío de las mujeres". Las mujeres, la fuerza más poderosa que haya existido jamás en nuestro universo. Ni con ellas ni sin ellas que diría mi abuelo.
Film totalmente recomendable para fans del director polaco, personas que acudan puntualmente al teatro y de cualquiera que esté dispuesto a ver una nueva y eterna lucha entre hombres y mujeres, tan iguales en condición como diferentes en casi todo lo demás. Condenados a entenderse y odiarse hasta la eternidad.

Cine elegante, bien realizado, con gran gusto por los detalles; donde la sencillez es la gran triunfadora en un producto donde se abarcan preguntas tan complejas en el día a día del ser humano. Una obra enormemente sensual.
Un ejercicio hecho con impactante calidad en un entorno y época tan actuales como intensamente clásicos. Una obra atemporal como lo es su director... Mathieu Amalric, perdonen, quería decir Roman Polanski.

 

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