Oz, un mundo de fantasía
Director: Sam Raimi
Intérpretes: James Franco (Oz) / Mila Kunis (Theodora) / Rachel Weisz (Evanora) / Michelle Williams (Annie / Glinda) / Zach Braff (Frank / Finley) / Joey King (Niña paralítica / Muñeca de porcelana) / Bill Cobbs (Maestro Tinker) / Tony Cox (Knuck) / Abigail Spencer (May) / Bruce Campbell [I] (Portero Winkie) / Stephen R. Hart (General Winkie) / Tim Holmes (Hombre fuerte)
Duración: 130 minutos
Sinopsis: Oscar Diggs, un mago de circo de poca monta y de dudosa reputación, tiene que abandonar la polvorienta Kansas abruptamente, con tan mala suerte que su globo queda atrapado en un tornado y acaba en la tierra de Oz. Allí conoce [...]
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Estreno 8 de Marzo de 2013

CRÍTICA

Y le llegó el turno a El mago de Oz. En plena ola de remakes, precuelas, secuelas y revisiones adaptadas a los tiempos, era de las pocas cintas icónicas de corte familiar que faltaba por actualizar. La tarea desde luego era arriesgada. Para el público potencial de la nueva precuela (que esa es otra que ya comentaré más adelante), lo más cerca que han estado de escuchar la mítica frase de “Ya no estamos en Kansas” fue cuando vieron Avatar. Para los que pudiéramos sentirnos atraídos por el recuerdo de la mítica película de Victor Fleming, la cosa rozaba la profanación. Dos pesadas cargas con las que tenía que cargar Sam Raimi ya desde la línea de salida.

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Quizás por tratar de agradar a todos o tal vez por encontrarse fuera de su medio natural, el resultado parece dejar entrever que no le terminó de coger el punto a lo que quería contar. Aunque algunos de los homenajes o referencias a la obra original funcionan mejor que otros, ese querer coser a toda costa una historia a la otra hace que se salga demasiadas veces del camino de baldosas amarillas, ya que según deja imaginar el final de la historia original de Dorothy, hay cosas que llegan a chocar y no son precisamente los chapines rojos.

El acabado visual también provoca divisiones. Mientras el arranque en blanco y negro trata y consigue volver a rendir tributo a la película original, el salto al delirio coloreado del mundo virtual bebe demasiado de éxitos recientes (“Bienvenidos a Pandora…” completaba la frase citada más arriba) pero también, demasiado, de Alicia en el País de las Maravillas (2010) de Tim Burton, para lo bueno, pero sobre todo para lo malo. Por mucho que la puesta en escena esté cuidada y que el aspecto final sea llamativo, a estas alturas del 3D no es suficiente si la historia no termina de acompañar.

En definitiva, Raimi parece acusar las grandes ausencias de su propia revisión: valor, cerebro y corazón. Valor quizás le sobra al haberse atrevido a acometer esta empresa. Cerebro ha demostrado el justo para entre idas y venidas no perder de todo la esencia de lo que había que contar. Y corazón, por haber dejado tan poca alma al servicio de la función. Raimi no sabe si ha estado en Kansas.