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Crítica - Los Diarios del Ron

Poster

'Borrachos del Caribe'

30/04/2012 - Por Evelio Barbero

(3/5)

Los Diarios del Ron
Director: Bruce Robinson
Intérpretes: Johnny Depp (Paul Kemp) / Michael Rispoli (Bob Sala) / Aaron Eckhart (Hal Sanderson) / Amber Heard (Chenault) / Giovanni Ribisi (Moburg) / Richard Jenkins (Lotterman) / Bill Smitrovich (Zimburger) / Amaury Nolasco (Segurra) / Marshall Bell (Donovan) / Julian Holloway (Wolsley) / Karen Austin (Mrs. Zimburger) / Andy Umberger (Mr. Green) / Enzo Cilenti (Digby) / Aaron Lustig (Monk)
Duración: 120 minutos
Sinopsis: Paul Kemp es un periodista freelance que se encuentra en un punto crítico de inflexión en su vida mientras escribe para un periódico en decadencia en Puerto Rico, e intenta encontrar un sentido a su vida en medio de un grupo [...]
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Estreno en España: 4 de Mayo de 2012

CRÍTICA



Soy partidario de que una película deba funcionar como entidad totalmente independiente, que lo que pretenda contar responda directamente a lo que muestre en pantalla vengan de donde vengan las referencias. Dependiendo de su carga de profundidad y de la información que intente transmitir, debería ser el espectador el que queriendo completar datos acuda a las fuentes originales sean hechos reales, novelas o comics. Eso en el supuesto que dicha información no la tuviera antes de ver la película. En el caso de Hunter S. Thompson quizás conviene tener algún antecedente de lo que fue y lo que representó para entender algo mejor la que fue su última novela publicada y quizás por no tener al director idóneo tras las cámaras, la que peor regusto deje en el espectador.


(Más imágenes en su galería)



Aunque Los Diarios del Ron no sea una novela autobiográfica, es fácil encontrar en Paul Kemp, interpretado y producido por un Johnny Depp en la segunda vez que se mete en la piel del alter ego de Thompson, al propio Hunter en su aventura portorriqueña cuando se estaba iniciando como periodista, dicen que creador de un estilo particular llamado periodismo gonzo según el cuál, el narrador pasaba a formar parte de la propia noticia para centrarse en los puntos menos amables de la crónica a encontrar, todo ello bajo ingentes cantidades de alcohol y/o drogas y que la cultura pop de inicios de los 70 aupó a sus altares correspondientes. Si hubo un director capacitado para recrear el estilo de vida de Hunter ese fue Terry Gilliam, quién con Miedo y Asco en Las Vegas, adaptación de la otra novela homónima de Thompson, era capaz de traducir en imágenes los delirios lisérgicos y pasados de rosca del controvertido periodista con un Johnny Depp entregado a la causa y que algo debió disfrutar de la experiencia para decidir meterse otra vez bajo la piel del autor.

No creo que sea necesario remarcar que Bruce Robinson no es ni mucho menos Terry Gilliam, ni que, parafraseando éxitos recientes de Depp, esta especie de Borrachos del Caribe no se parezca en nada a Miedo y Asco en Las Vegas, ni que la historia y desarrollo tenga nada en común la una con la otra. Lo destacable son los varios motivos que ya de por sí no hacían esperar nada extraordinario de la cinta. En primer lugar, la novela fue escrita en 1960 pero pese a la fama de su autor, no fue publicada hasta 1998. La película fue rodada en 2009 pero no fue estrenada hasta dos años después. Cuando algo levanta tan poca pasión suele estar fundamentado.

Pese a todos los alicientes en contra, si Los Diarios del Ron no termina de funcionar es por un batiburrillo narrativo que trata de abarcar bastante pero en ningún momento llega a apretar. Tomando como columna vertebral el alcoholismo galopante de los protagonistas (grandes Depp y Michael Rispoli, espectacular Giovanni Ribisi) y apostando fuerte por la vertiente cómica con algún momento que llega a ser brillante, se enreda tratando de revelar la manipulación de la prensa que las grandes fortunas intentan obtener en beneficio propio. Durante un tramo de la película llegan a convivir ambas vertientes con cierta soltura, pero a la hora de cerrar argumentos, todo queda de lo más insulso e intrascendente, y lo que es peor, con la sensación de haber estado ante un material con potencial que no se ha sabido aprovechar.

Tan fácil de digerir como de olvidar. Al menos no deja resaca.

 

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