Luces rojas
Director: Rodrigo Cortés
Intérpretes: Cillian Murphy (Dr. Tom Buckley) / Sigourney Weaver (Dra. Margaret Matheson) / Robert De Niro (Simon Silver) / Elizabeth Olsen (Sally Owen) / Toby Jones (Dr. Paul Shackleton) / Leonardo Sbaraglia (Leonardo Palladino) / Joely Richardson (Monica Handsen) / Craig Roberts (Ben) / Mitchell Mullen (Jim Carroll) / Burn Gorman (Benedict Cohen) / Garrick Hagon (Howard McColm) / Jeany Spark (Traci Northrop) / Gina Bramhill (Judi Cale) / Jan Cornet (David Matheson)
Duración: 119 minutos
Sinopsis: Dos investigadores de fraudes paranormales, la veterana doctora Margaret Matheson y su joven ayudante Tom Buckley, estudian los más diversos fenómenos metapsíquicos con la intención de demostrar su origen fraudulento. En esta tesitura, Simon Silver, el psíquico más célebre de todos [...]
Lea más en su ficha

Estreno en España: 2 de Marzo de 2012

CRÍTICA

Lo cierto es que había cierta expectación por ver el nuevo trabajo de Rodrigo Cortés. Si ya con sus primeros cortos más Concursante sonaba como uno de los directores nuevos más interesantes de este país, tras el éxito de Buried (Enterrado) confirmó que era un tipo al que seguirle la pista. El listón estaba bastante alto, de eso no hay duda, pero comprobar que su nuevo trabajo, de vuelta al guión propio, no está a la altura de su anterior trabajo no puede ser más que algo decepcionante. Primero, por demostrar una vez más que no por tener mayor presupuesto se hacen mejores películas. Segundo, por contar con un reparto de lujo y no sacarle partido a una situación tan jugosa y más para un proyecto personal de un cineasta español. Y tercero, por un guión tramposete con su buena dosis de efectismo que acaba ahogándose en su propia naturaleza.

(Más imágenes en su galería)

Dice una frase de la película que para que un mago saque un conejo de un sombrero éste tiene que haber sido metido antes en su interior. Y Cortés ha caído en su propia sentencia. Ha pretendido meter el conejo después de una hora enseñándonos el sombrero y el truco ha perdido todo el efecto. Pero si empezamos a sacar defectos lo justo es concretar por qué una película con un guión que daba bastante juego acaba naufragando en varios frentes. De entrada, por la dirección tan impersonal que presenta. Todo el estilo visual de Buried (Enterrado) queda desterrado. Tan solo queda un thriller de manual de tantos que uno no recuerda con el tiempo quién era el director al no encontrar sello personal alguno. A eso hay que sumarle algunos golpes de efectos que por resoluciones no demasiado acertadas quedan desdibujados y muestran su verdadera pretensión. Y por si fuera poco, la falta de sutileza para subrayar ciertos detalles que se pueden hacer de forma bastante más natural. Un claro ejemplo es la manera de presentar que el personaje de De Niro es ciego – no es ningún espoiler, sucede a los 5 segundos de ver a Robert por primera vez-. Aunque quizás este hecho no pueda echársele en cara directamente a Cortés. Viendo el resto del desarrollo del personaje uno no puede evitar preguntarse por enésima vez cómo Robert De Niro ha podido pasar de ser el mejor actor del mundo a convertirse en un actor tan mediocre.

En cualquier caso y aunque parezca que me he ensañado con la película, aparte de sus defectos tiene alguna virtud. La puesta en escena es convincente, y aunque no se recupere el estilo visual de Buried (Enterrado) -que aunque evidentemente ocurren en espacios muy distintos si podía recordar alguna escena los movimientos de cámaras o el montaje-, el ejercicio de dirección pasa el corte sin complicaciones. Eso, y que Sigourney Weaver y Cillian Murphy sí se tomaron en serio su trabajo y eso queda plasmado en escena.

Rodrigo Cortés tenía una seria papeleta y era demostrar que su anterior trabajo no era flor de un día. El problema es que para ser buen mago hay que cumplir los tres actos de un buen truco que contaba Christopher Nolan en El Truco Final (El Prestigio): Presentación, actuación y prestigio. El fallo es haber metido el conejo en la chistera después del segundo acto.