J. Edgar
Director: Clint Eastwood
Intérpretes: Leonardo DiCaprio (J. Edgar Hoover) / Armie Hammer (Clyde Tolson) / Naomi Watts (Helen Gandy) / Judi Dench (Anna Marie Hoover) / Jeffrey Donovan (Robert Kennedy) / Ken Howard (Fiscal general Harlan Fiske Stone) / Josh Lucas (Charles Lindbergh) / Dermot Mulroney (Coronel Schwarzkopf) / Zach Grenier (John Condon) / Geoff Pierson (Mitchell Palmer) / Denis O'Hare (Albert Osborne) / Stephen Root (Arthur Koehler) / Christopher Shyer (Richard Nixon) / Josh Hamilton (Robert Irwin) / Josh Stamberg (Agente Stokes) / Ary Katz (Agente Owens) / Damon Herriman (Bruno Hauptmann) / Michael O'Neill (Senador McKellar) / Christian Clemenson (Inspector Schell) / Ed Westwick (Agente Smith) / Michael Rady (Agente Jones) / David Clennon (Senador Friendly) / Jessica Hecht (Emma Goldman) / Geoff Stults (Raymond Caffrey) / Ryan McPartlin (Lawrence Richey) / Scot Carlisle (Agente Williams) / Lea Coco (Agente Sisk) / Lea Thompson (Lela Rogers) / Amanda Schull (Anita Colby) / Aaron Lazar (Fiscal Wilentz) / Emily Alyn Lind (Shirley Temple) / Ernest Harden Jr. (James Crawford) / Gary Werntz (Fiscal general) / Jack Axelrod (Caminetti) / Cheryl Lawson (Roberta Dixon Palmer) / Eric Larkin (Fred Hunter) / Manu Intiraymi (Alvin Karpis) / Michael Klinger (Harry Brunette)
Duración: 137 minutos
Sinopsis: Biografía de J. Edgar Hoover, el hombre que fundó el FBI y lo dirigió con mano férrea y no exenta de polémica por su persecución anticomunista, su chantaje a personalidades de renombre y sus turbulentas perversiones sexuales, durante varias décadas. [...]
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Estreno en España: 27 de Enero de 2012

CRÍTICA

LO MEJOR : DiCaprio.
LO PEOR : La duración excesiva y los altibajos de la historia. Se podrían haber evitado los dos.

Cuarenta y ocho años. Ocho presidentes. Varias guerras (una mundial). Enemigos de todo tipo (secuestradores, comunistas, mafiosos…) Y solo un hombre: J. Edgar Hoover. Un hombre dedicado en cuerpo y alma a su peculiar idea de justicia. Un hombre que de la nada creó la que hoy en día es una de las instituciones que sustentan los EE.UU.: el FBI. De su historia versa la última película del versátil Clint Eastwood.

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La película se apoya por completo en el personaje de Hoover, interpretado por Leonardo DiCaprio a las mil maravillas. Otro actor que no deja de sorprendernos. Muy al estilo de Meryl Streep en La Dama de Hierro, el protagonista de Titanic se echa la película a sus espaldas. Sin duda, muchos tildarían de arriesgada la elección de DiCaprio para interpretar a uno de los personajes más misteriosos e influyentes de la historia reciente de los Estados Unidos. Pero se equivocaban. DiCaprio vuelve a demostrar su buen hacer. Es lo mejor del film.

Por otro lado, los secundarios acompañan a la perfección al protagonista sin eclipsarlo (otro paralelismo más con La Dama de Hierro). La fotografía y la puesta en escena recuerdan a Enemigos Públicos de Michael Mann, y dotan de un gran realismo y cercanía a las escenas que, recordemos, suceden hace más de cincuenta años, como ocurría con la cinta protagonizada por Johnny Depp.

Desde el punto de vista histórico, salvo seguramente para los más expertos historiadores (y más quisquillosos), la película es bastante respetuosa y no comete errores de bulto ni omisiones destacables. Magnífica también la labor de maquillaje, complicada por el hecho de tener que envejecer a los personajes principales, pues la película empieza en la segunda década del siglo XX y termina casi sesenta años después.

En cuanto a las pegas, hay que decir que la duración es excesiva. Más de dos horas de película. Volviendo a la comparación con La Dama de Hierro (pido disculpas por la insistencia) la cinta de Phyllida Lloyd, con su hora cuarenta y cinco minutos, resultaba mucho más amena que la de Clint Eastwood, que a pesar de tener varias secuencias encadenadas trepidantes (sobre todo en su inicio) tiene otros momentos en los que se termina haciendo pesada. Un montaje y/o un guión más conservadores al respecto hubiesen podido evitar el problema.

Por último, cabría destacar la maestría con la que el tema de la homosexualidad de Hoover está tratado. Se va creando la ambigüedad desde el minuto uno. Pero sin salidas de tono ni excentricidades. De la manera más natural. Y ya en la parte final todo estalla de manera imprevisible (o no) dotando, quizás, a todo el film de sentido. Y es que no es la primera vez que el guionista Dustin Lance Black aborda el tema de la homosexualidad en las altas esferas de la vida americana. Ya lo hizo en la aclamada Mi Nombre es Harvey Milk.

Una última (y humilde recomendación): nunca vayan a ver una película con excesivas expectativas. Las posibilidades de decepción serán mayores.