Almas condenadas
Director: Wes Craven
Intérpretes: Max Thieriot (Bug) / Denzel Whitaker (Jerome Brown) / Elena Hurst (Maria) / Zena Grey (Penelope) / Frank Grillo (Det. Frank Paterson) / Shareeka Epps (Chandelle Brown) / John Magaro (Alex) / Nick Lashaway (Brandon) / Paulina Olszynski (Brittany) / Jeremy Chu (Jay) / Emily Meade (Fang) / Raul Esparza (Abel)
Duración: 107 minutos
Sinopsis: Un asesino en serie regresa a su ciudad natal con un propósito morboso. Asesinar a los 7 niños que nacieron el mismo día que él fue condenado a muerte. [...]
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Estreno en España: 17 de Junio de 2011
CRÍTICA
Wes Craven, el hombre que a muchos nos traumatizó la infancia con
La Última Casa a la Izquierda (1972) o ese gran personaje llamado Freddy Krueger, maestro del terror y la sangre, parece que ha llegado a un extraño punto de no retorno. Por una parte nos ofrece la saga
Scream, auténtico
revival del género hecho por y para amantes del cine con referencias continuas. La cuarta entrega parece incluso reforzar esa idea, actualizándola a nuestros tiempos, y es imposible no esbozar una sonrisa si sabes lo que te espera.
Parece curioso que esta
Almas condenadas haya sido estrenada en los EEUU antes de
Scream 4, como si Craven quisiera calentar motores y coger práctica para luego poder reírse de si mismo junto a
Kevin Williamson. Aquí en España ha sucedido al revés, y como resultado tenemos un film lleno de carencias, pero sin ningún aliciente al que agarrarnos. Si lo hubiera dirigido un director novel nadie notaría la diferencia.
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El guión intenta ser original, mezclando las consabidas matanzas a adolescentes con el ente de un asesino que se traslada a otros cuerpos (¿alguien recuerda esa pequeña joya llamada
Fallen?). Y...ya está. Sangre y gore, sustos chuscos y recurrentes y esa sensación de que todos los adolescentes estadounidenses deben de tener unas neuronas de menos en este tipo de films. Estereotipados, idiotas, sin un clavo de cordura al que agarrarse. Si esto funciona en
Scream es precisamente por saber tomárselo a broma y contar con una excelente ambientación acerca de los primeros crímenes. Este no es el caso: actores cara-de-poker, situaciones surrealistas, y un añadido sobrenatural que sólo roza funcionar en sus primeros minutos, donde se nota que
Wes Craven sabe dirigir, pero si tiene un guión (que él mismo realiza) tan nefasto sólo nos queda aguantar estoicamente hora y media para averiguar quién es el asesino, salir del cine y olvidar lo que hemos visto antes de llegar al primer semáforo.
Siempre nos queda la esperanza de que este afamado director pueda volver a coger las riendas del buen hacer, el que dominaba en los 80/90 como nadie. De momento nos quedan las futuras gamberradas de
Scream, porque
Almas condenadas está, valga la redundancia, condenada al olvido. Y merecidamente.