Secuestrados
Director: Miguel Ángel Vivas
Intérpretes: Fernando Cayo (Jaime) / Ana Wagener (Marta) / Manuela Vellés (Isa) / Dritan Biba (Asaltante jefe) / Martijn Kuiper (Asaltante fuerte) / Guillermo Barrientos (Asaltante joven) / Xoel Yáñez (César)
Duración: 85 minutos
Sinopsis: Una familia acomodada se muda a vivir a una casa en un tranquilo barrio residencial. La primera noche que pasan allí, tres encapuchados irrumpen en la mansión y les secuestran, obligando al padre a sacar todo el dinero que pueda durante [...]
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Estreno en España: 25 de Febrero de 2011

CRÍTICA

En los últimos tiempos es difícil por no decir casi imposible encontrar en el cine historias originales. Estamos en una época donde abundan los remakes y las secuelas de aquellas que ofrecieron algo con un punto de frescura, pero que a base de exprimir la formula, acaban saturando al espectador. Del resto, pocas veces nos llega algo que no nos suene a ya visto, y en ese aspecto, Secuestrados no es una excepción. Es inevitable compararla con sus hermanas mayores Funny Games, o incluso aunque sea un poco de pasada, La Habitación del Pánico.

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Lo que varía un poco el discurso es que este tipo de historias hasta hace poco, contadas desde fuera eran creíbles pero trasladadas a la sociedad española parecería casi ciencia ficción. Pero la realidad siempre va un paso por delante y una vez más ha acabado superando a la ficción. Eso es lo que salva un poco de la quema al segundo trabajo de Miguel Ángel Vivas como realizador. Su historia se ha vuelto verosímil a fuerza de verla en los telediarios.

Aunque el planteamiento en sí no es muy original, y sabiéndose el director que no es ni Haneke ni Fincher, hay que reconocerle una valentía a la hora de abordar un proyecto que respirara por si solo sin deberle más que influencias a las cintas citadas, dándole un toque personal y arriesgado a fuerza de los extensos planos secuencias que componen el metraje. A la búsqueda de una sensación tan primaria como el miedo en un ambiente donde podemos llegar a sentirnos tan seguros y tan vulnerables a la vez, se le añade una pretendida crudeza que funciona en buena parte de la cinta mientras en otras queda diluida en el arma de doble filo que suponen las escenas sin cortes. Otro detalle que frena el ritmo sucede cuando el guión decide sacar temporalmente a alguno de los personajes de la casa, quizás por dar un respiro al espectador, pero que consigue romper en parte el clímax preparado hasta ese momento.

De hecho, la historia se sujeta aceptablemente cuando intervienen los seis personajes principales, viéndose lastrada en las situaciones donde aparecen otros elementos que no están a la altura ni narrativa ni interpretativamente. En cualquier caso, aunque no llega a ser una cinta brillante, se agradece algo de aire fresco en la cartelera española que venga a demostrar que no hacen falta grandes presupuestos para tratar de salir de la monotonía reinante.