Sin Retorno (2010)
Director: Miguel Cohan
Intérpretes: Leonardo Sbaraglia (Federico Samaniego) / Martin Slipak (Matías Fustiniano) / Luis Machín (Ricardo Fustiniano) / Ana Celentano (Laura) / Federico Luppi (Víctor Marchetti) / Bárbara Goenaga (Natalia Kaufman) / Felipe Villanueva (Chaucha) / Arturo Goetz (Liquidador) / Agustín Vázquez (Pablo Marchetti) / Antonia Bengoechea (Malena Samaniego) / Rocío Muñoz (Luciana Fustiniano)
Duración: 106 minutos
Sinopsis: Un joven muere atropellado en un accidente de tráfico. El culpable huye sin dejar rastro. Ninguna prueba lo incrimina. Pero el padre del joven, apoyado por los medios de comunicación, exige encontrar al responsable y llevarlo a la cárcel. Una serie [...]
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Estreno en España: 18 de Febrero de 2011

CRÍTICA

Hay ciertos valores de la sociedad actual, que por mucho que pretendan parecer meramente localistas, a poco que uno observe se da cuenta de que son absolutamente universales. El poder que tiene los medios ante la opinión pública provoca que la gente acabe no ya creyendo, sino quedar plenamente convencidos de que lo que aparezca por su pantalla amiga tiene que ser necesariamente la verdad. El debutante Miguel Cohan, habitual colaborador de Marcelo Piñeyro, se adentra en este delicado terreno mostrando como un caso cualquiera puede ser manipulado por las apariencias sin importar las consecuencias.

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Para ser un debutante, lo cierto es que su experiencia como asistente del director en cintas tan alabadas como Plata Quemada, Kamchatka o El Método le ha debido servir de gran ayuda para componer esta partida de ajedrez alrededor de un desafortunado accidente de tráfico donde las casualidades y la mala suerte colocan a un inocente como principal sospechoso mientras el verdadero culpable escurre el bulto sintiéndose culpable (aunque no lo suficiente) cuando sigue todo el caso por la televisión. Y lo hace con un arranque correcto y elegante, colocando con cuidado las piezas en el tablero y desplegando una partida que fluye por caminos naturales y creíbles tanto para una sociedad argentina como lo podría ser en la española.

Y la historia funciona perfectamente aproximadamente una hora, a pesar de no aprovechar todo el potencial ni remarcar los aspectos más transgresores de la propuesta, enseñando la herida de los medios de comunicación pero sin hurgar en ella, presentando una situación incómoda entre rejas sin abundar en ello, y así con más aspectos que no permiten comentar abiertamente sin caer en spoilers. Lo peor es que se desinfla en la parte final a costa de dos factores importantes, uno perdonable por su inexperiencia como director, el otro más criticable en cuanto a su faceta como guionista. El primer punto atañe a las dos elipsis temporales que cortan en seco el ritmo apropiado que llevaba la cinta hasta los momentos previos al juicio y posterior consecuencia. El segundo a la forma cómoda y facilona con el que el desenlace tira por la borda gran parte de todo el trabajo previo, con unas resoluciones que ponen en duda toda la credibilidad que la cinta venía aportando.

Lo que si ha conseguido Cohan en su debut es demostrar un gran conocimiento en la dirección de actores, ya no con los siempre solventes Leonardo Sbaraglia y Federico Luppi, sino con el gran trabajo del debutante Martin Slipak como con el resto de secundarios. Si de por sí siempre se agradece la presencia de Bárbara Goenaga en una cinta, escucharla hablar con un depurado acento porteño no tiene precio.

Para ser un debut a la dirección, Miguel Cohan se ha ganado la etiqueta de “director a seguir” pese al bajón final de la historia. Seguramente son esos detalles que se acaban corrigiendo con la experiencia de seguir rodando.