Desde París con amor
Director: Pierre Morel
Intérpretes: John Travolta (Charlie Wax) / Jonathan Rhys-Meyers (James Reece) / Kasia Smutniak (Caroline) / Richard Durden (Emabajador Bennington) / Yin Bing (Mr. Wong) / Amber Rose Revah (Nichole) / Farid Elouardi (Conductor barbudo) / Melissa Mars (Prostituta)
Duración: 92 minutos
Sinopsis: James Reece es un joven empleado de la embajada estadounidense en París, que de forma encubierta trabaja para el Departamento de Defensa haciendo labores de limpieza de pruebas y utillaje. Sin embargo, Reece quiere ascender en la organización, por lo que [...]
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Estreno en España: 16 de Abril de 2010

CRÍTICA

A estas alturas de la vida cinéfila, cuando une se dispone a ver una película de acción pide tres deseos como si de un Kinder sorpresa se tratara. Que muestre algo original, que muestre algo espectacular y que muestre una historia interesante. Si se cumplen los tres deseos, enhorabuena, la película será de las que marcan época y tendencia. Si sólo se cumple alguno de los puntos no va mal la cosa. Siempre puede ser peor, que no se cumpla ninguno y que la película naufrague por sí sola. Y va a ser éste el caso.

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De entrada ya mosquea que Luc Besson prefiera seguir con sus Miniboys antes que rodar un guión propio en un género donde se mueve cómo pez en el agua. Y eso que el director elegido es su director suplente, el que por tercera vez plasma en imágenes esos guiones que, por acumulación de trabajo, por desidia o por no pasar el control de calidad mínimo exigido por su propio autor, acaban siendo rodados por otra persona ajena al texto. Se me antoja de cajón que si el guión rezumara calidad y frescura por los cuatro costados, ya sacaría hueco monsieur Besson para rodarlo él mismo. Pero no.

Por otro lado, esta especie de revisión de aquellas buddy movies que tanto afloraron en los 80 dentro del género de acción (preferentemente policiaco), trata de instalarse en una pareja tan imposible que al no pretender ser comedia, lo que realmente provoca está bastante cerca del bochorno y la vergüenza ajena. Érase una vez un asistente modélico del embajador americano en París. Tenía un trabajo perfecto donde se le reconocían sus virtudes, una vida sentimental idílica, y todo era tan bueno, que aburrido se metió a jugar a espías con una agencia misteriosa, la cual le propone trabajos extraños que nuestro agradable protagonista jamás cuestiona. Así hasta que un día conoce a su compañero de misión, un agente con licencia para hacer lo que quiera sin dar explicaciones, ni a sus jefes ni al espectador, quedando todo tan exagerado y tan sin sentido, que la credibilidad de la cinta se escapa por las rendijas.

Lo de John Travolta es algo digno de estudio. Tras su llegada a la fama en los 70 cayó fulminado en los 80, hasta que Tarantino le resucitó en los 90 para no saber que pretende hacer con su carrera en esta década. Respeto al espectador parece tenerle poco, pero respeto a sí mismo no parece tenerse nada. Vincent Vega o Chili Palmer eran tipos duros creíbles. Este Charlie Wax es un mal chiste. Algo que de arranque deseas que te sorprenda con ese look tan extraño que lleva, pero que a las pocas escenas te das cuenta de que se les ha ido de las manos. En el colmo del despropósito, ver al bueno de John más fanegas que nunca saltando por los tejados, hace que uno trate de contener una risa burlona. De Rhys-Meyer poco que decir. Correcto, pero viendo lo que hay alrededor no es suficiente. Viendo el resultado final cuesta creer que sea la primera película que rueda desde que se enfrascó en la serie Los Tudor. O buscaba lo más opuesto a lo que viene rodando los últimos tres años o la verdad es que es difícil de entender.

Si no se es muy exigente, la cinta tiene un pase, corto, pero pase. Ahora, si lo que se busca es una cinta ágil, ingeniosa e interesante, mejor seguir buscando en la cartelera.