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Crítica - Eden al Oeste

Poster

'En busca del paraíso artificial'

22/10/2009 - Por Sergio Roma

(4/5)

Eden al Oeste
Director: Costa-Gavras
Intérpretes: Riccardo Scamarcio (Elias) / Odysseas Papaspiliopoulos (Ami Elias) / Léa Wiazemsky (Nina) / Tess Spentzos (Amiga de Nina) / Kristen Ross (Amiga de Nina) / Eric Caravaca (Jack) / Juliane Köhler (Christina) / Ulrich Tukur (Nick Nickleby)
Duración: 110 minutos
Sinopsis: Al igual que en la Odisea, Elías inicia su travesía en el Egeo, bajo el mismo sol y las mismas aguas que en la leyenda homérica. Su particular epopeya le llevará a visitar el paraíso y el infierno antes de poder [...]
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Estreno en España: 23 de Octubre de 2009

CRÍTICA



Si algo ha demostrado Costa-Gavras a lo largo y ancho de su filmografía es su capacidad para remover conciencias. Su cine, siempre comprometido, ha tocado palos diversos, y especialmente delicados. Todo estamento en situación de abuso, o toda situación de injusticia ha sido analizado bajo la lupa de un cineasta con principios; un intelectual con valores.


(Más imágenes en su galería)



En esta ocasión, el cineasta franco-griego se adentra en las turbulentas y farragosas aguas de la inmigración ilegal. A través de la mirada y desventuras de un inmigrante que llega a las costas de Occidente, Costa-Gavras nos ofrece toda una sucesión de, en general, dramáticas situaciones por las que debe atravesar el joven para conquistar un trozo de paraíso. Precisamente aquí (en el Paraíso-Hotel) es donde comienza su andanza, y a modo de road-movie (en auto-stop) viajaremos a rincones sin escrúpulos, conoceremos la maldad encubierta y la indiferencia más abrupta, y también por supuesto compartiremos con este joven inmigrante la impotencia ante la dificultad que tiene él y cualquier otro por formar parte de nuestro particular edén occidental. Siempre claro, con derecho de admisión. Este inicial Hotel de lujo hará las veces de sensacional metáfora, que abarca desde las paraísos artificiales en los que se sumerge el adinerado hombre occidental, hasta la incapacidad de afrontar la cruda realidad una vez se tiene delante de las narices.

Uno de los grandes aciertos de la película, está sin duda en la elección de Riccardo Scamarcio para este papel tan complicado. La mezcla de ingenuidad, picardía y ternura junto con una particular belleza conseguirán un realismo meritorio, y una complicidad con el espectador fascinante. El trabajo interpretativo es palpable, así como el de documentación y experiencias aportadas, dando a todo el marco fílmico un empaque dramático adecuado y en muchas ocasiones emotivo.

La historia engancha desde un primer momento, no pierde nunca interés y va ganando enteros a lo largo de la narración como buena historia relatada. Sin olvidar un deje de amarga comedia, se centra principalmente en ocupar los mayores huecos posibles de compromiso y denuncia. Las críticas, a veces directas y a veces encubiertas estallan aquí y allá sin desarmonizar la historia, sino más bien enriqueciéndola. Todo un ejercicio de maestría tanto en narración como en capacidad de reflexión.

La sociedad actual retratada a través de la siempre reveladora mirada de un cineasta que punto puntos en íes y encuentra un cauce adecuado a través de sus imágenes por el que materializar sus ideas y especialmente su visión de un mundo que se acerca peligrosamente a límites de indiferencia social y humana.

Notable y entretenida historia, en la que nos sentiremos como un compañero de viaje, de un pasajero con el billete más complicado de adquirir.


RUEDA DE PRENSA



Con la interesantísima presencia del director Costa-Gavras, pudimos disfrutar de una Rueda de Prensa donde se habló de varios temas en torno a la película y a otros asuntos. El director habló en un buen castellano, aunque le costaba un poco más entender las preguntas.

- Sus películas se observan desde un punto de vista objetivo en general, pero esta parece una fábula ¿no?

Sí, he querido acercarme al drama o la tragedia de una manera muy distinta. Se trata de personas como nosotros, con problemas y que quieren cambiar su vida. Sí, en cierto modo es una fábula.

- ¿Observas alguna diferencia entre los inmigrantes de ahora y los de antes?

La sociedad era más abierta antes, ahora hay una serie de partidos conservadores con discursos muy negativos. Hay más racismo en general.

- Siempre le da a las películas un aire político, ¿a quién pretende llegar?

No se puede saber quiénes son los espectadores de tus películas. Mi cine ha ido cambiando, claro, como los espectadores. Pero si uno sabe quiénes son los espectadores puede haber la peligrosa tendencia de intentar satisfacerlos y eso sería muy negativo.

- ¿Hay algún mensaje en la película?

Simplemente contar historias sobre los hombres. Nada más. El espectador debe elegir qué hace con la historia. No quiero hacer un discurso político.

- En la película hay un final abierto…

Me parece indispensable la participación del espectador en este sentido.

- El chico protagonista, ingenuo en un primer momento, ¿aprende algo a lo largo de su trayectoria?

Claro que sí. A ser paciente por ejemplo, y sobre todo aprende que Occidente no es el paraíso que le habían contado.

- Hay una crítica a los medios de comunicación en general, en forma de imágenes…

Sí, hay en estos momentos una saturación de medios de comunicación, y quería mostrarlo en un segundo plano.

- ¿La sociedad va por delante de los gobiernos en cuanto a bondad?

La sociedad quiere ayudar pero no puede. Los gobiernos en general ven masas, no ven personas. Nosotros lo vemos de otra forma.

- ¿Se siente escuchado como intelectual?

Espero que sí. (risas) Evidentemente no tengo la verdad absoluta, es difícil de verla. No se puede vivir y hacer cosas de espaldas a la sociedad. Es más fácil para un pintor por ejemplo, pero nosotros tenemos una obligación permanente. Los intelectuales son necesarios, siempre lo han sido a lo largo de la historia. Es necesario que la sociedad les escuche y haga caso.

- Hay una visión muy amplia de París. ¿Qué le enamoró cuando llego?

La cultura francesa en general. Recuerdo que hace tiempo leí un poema que decía algo así como: “No quiero ser el más grande/ no quiero ser el más listo/ no quiero ser el más guapo/ [etc]/ quiero ser distinto”. Esta filosofía francesa me gusta, me parece muy buena.

- Le gusta contar los abusos que se producen en la sociedad…

Claro, mostrar el interior de la sociedad. Tengo la ventaja de poder contar historias con imágenes, pero hay que estar dentro. Es como la danza, para estar dentro hay que bailar.

- ¿Qué significa el Hotel Paraíso?

Es un pequeño paraíso en la tierra. Cuando la mujer quiere ayudarle no puede, porque ya sale de su propio paraíso. Es una metáforo acerca de los inmigrantes. Les vemos, les utilizamos, y luego se van.

- Hace tiempo hizo unas declaraciones acerca del capitalismo que con el tiempo se han cumplido, ¿se siente usted profeta?

(Risas) No, pero esto se veía: la filosofía del dinero, esa absurda necesidad de ir acumulando bienes es nefasta. Se veía.

- ¿Estamos condenados al desencanto con los políticos?

Sí, no hay otra solución. Pero hay que luchar para encontrar políticos de calidad, que los hay. Por ejemplo Obama. Me parece muy interesante también Zapatero. Me parece positivo el debate sobre el aborto, que la gente decida si quiere tener o no hijos. Hay niños que mueren de hambre cada día, pero no hay manifestaciones sobre eso.

- No hay ninguna referencia religiosa en la película…

No. Considero que la Iglesia en general no ayuda en este tema.

- Hay un retrato de una Europa indiferente, ¿pensaba hace unos años que Europa iba a ser así?

No, todo lo contrario. Después de la Guerra se hablaba de cambiar la sociedad, un discurso muy positivo. Hoy esto ha cambiado; problemas y más problemas, hay mucho individualismo.

- Su cine remueve conciencias, ¿está la sociedad actual adormecida?

No hay mucha necesidad de despertar, de promover la dignidad de la sociedad occidental.

- ¿Tiene en mente alguna otra historia?

Sí, estoy tratando de escribirla, lo cuál no es fácil.

- ¿Le falta alguien a quién meter el dedo en la llaga?

(Risas) No, los mismos. No hay otros, son los que dirigen la sociedad. Esto es la política ahora, el abuso que unos tienen sobre los otros.

- ¿Ha conocido inmigrantes con problemas antes de hacer la película?

Sí, muchos. Hay más de cuatrocientos mil en Francia que trabajan ilegalmente. Algunos no tienen de hecho, ni para ir trabajar. Van a pie, por los controles. El nivel de paro es mucho mayor en este colectivo. Es un grave problema.

 

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Comentarios (2)

02:01 - 23/10/2009

gammateruo

Por casualidad no habras ido al preestreno que se hacia hoy jueves en Barcelona en el Alexandra verdad? Yo tenia entradas pero al final no he podido ir (en parte por la lluvia de todo el dia). Pero vaya, si has ido hoy, y has montado esta reseña en tan poco rato, chapeau!!!

El miercoles que viene preestrenan en Barcelona esta historia de amor juvenil, Castillos de cartón, con el chaval conocido por TV3 Biel Duran. A ver si puedo ir :)

16:06 - 23/10/2009

Quentin

No, estuve en el Pase y posterior Rueda de Prensa del Lunes en Madrid.

Un saludo

PD- Me leí la novela "Castillos de cartón" y me gustó, habrá que ver la adaptación


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