Matrix (1999), la película se convierte pronto en un éxito de taquilla y crítica, su innovadora mezcla de ciencia ficción, artes marciales y su filosofía particular la convierten en toda una película de culto con fans a lo largo de todo el mundo. Matrix Reloaded, año 2003, Matrix ya es una religión para muchos, se había especulado mucho sobre el camino a seguir por los Wachowski, tras años de espera llega la secuela. Decepción y más incognitas son el resultado. Todo el mundo espera que la tercera de sentido a la segunda y remonte el vuelo. Noviembre de 2003, llega Matrix Revolutions, de ella dependía la segunda y el sentido de Matrix como trilogía. ¿Mereció la pena la espera?

Mi respuesta es no. Bien, analicemos The Matrix para empezar a entender esto. El éxito de Matrix erradicó en su equilibrada mezcla de ciencia ficción con un guión perfecto y sin fisuras donde todo queda comprendido y a la vez nada queda explicado. Erradicó en su innovadora visión de la acción en el cine. Los Wachowski cojieron la estética anime y lo transladaron a la pantalla con el resultado de increíbles efectos especiales como el ya gastado "bullet time" que tantas veces hemos visto desde entonces. Y erradicó también en su sugerente y partícula mezcla de filosofía y religión de la que dotaron los Wachosky sin querer hacernos pensar que la película que veíamos era su propia biblia particular. Pero esos eran otros tiempos.

Con Matrix Reloaded y Matrix Revolutions vistas, queda claro que no han conseguido el equilibrio de la primera. Y es que aquí la fórmula una de cal y otra de arena no da resultado. Porque a los Wachowski les da por elevar las peleas y escenas de acción al cubo, en una tonta ecuación de "mas golpes + personajes a la vez = mejor" y ya no sorprenden a nadie. Porque ese perfecto compendio de géneros que era la primera parte se convierte aquí en una desajustada y desafortunada mezcla de muchas cosas, demasiadas cosas, en un quiero y no puedo por parte de los Wachowski, que en su ímpetu por crear algo pretendidamente muy profundo crean algo decididamente plano. Y es que una pera no es una naranja por mucho que la cubras con la piel de la naranja.

Dicho esto, me centraré en esta última parte Matrix Revolutions.
La película, como en la segunda, tarda en arrancar, le cuesta centrarse en lo que realmente interesa al espectador, e intentando dar mayor calado a la historia en una soporífera primera hora.

Pasada esta hora, nos encontramos con que la película se divide en dos actos, el primero de ellos es la guerra en Zion. Bien, he de decir que la batalla es de las que provocan verguenza ajena y a la vez admiración por los que disfrutan con películas como The fast and the furious. Sino que sentido tiene la ridícula escena en la que los pulpos se ponen a dar vueltas alrededor de el mecha que los acribilla. ¿Si es solo uno contra una ración entera de pulpo, porque no le atacan directamente? En fin, será que ver a Mifune gritando y cargandose el solito a cientos de pulpitos queda "muy guapo" como dicen algunos. No sé, pero a mi me recordó a Schwarzenegger en la escena que sale del suelo disparando en Eraser, ah, y que conste que no era el único que se reía a carcajadas durante dicha escena...

Punto y aparte merece la carga dramática. O mejor dicho, la no carga dramática. Y es que realmente a nadie le importa lo que les pase a los mechas, porque si pretende ser una escena que representa la última lucha desesperada del último resquicio de vida humana que queda contra las máquinas, no entiendo porque después de una batalla en la que solo quedaban unos pocos luchando, en la cueva celebran miles de personas la victoria, ¿dónde estaban?, ¿acaso tendrían algo mejor que hacer?.

Supongo que lo que querían era meter esa carga dramática del unos pocos contra muchos (por muy absurdo que quede luego), ese agobio porque termine la lucha. En fin, mucho tienen que aprender los Wachowski en este sentido de Peter Jackson y la batalla de Amon Hen si realmente pretendían eso.

Y para colmo nos meten esa absurda y totalmente innecesaria historia de Link y su mujer. Realmente es tan interesante como mascar chicle. Y punto y aparte merece el chavalito salido de Animatrix (¿desde cuando es necesario comprar un videojuego o un dvd para enterarte bien de quienes son los personajes en una película?) que después de caerle encima desde un puerta a una nave, sale por arte de magia como si nada hubiese ido con él después de la batalla. En fin, y con esto se nos va casi todo el metraje de la película...

Ahora solo queda el acto final. La esperada batalla Neo vs Smith, porque por si aún alguien no se había enterado, el argumento inicial de The Matrix de los humanos contra la dominación de las máquinas se ha convertido en un Neo contra Smith. Sino ya me diréis porque los humanos pactan la paz pero siguen permitiendo el cultivo de humanos, cuando en la primera era lo más siniestro y repugnante para Morpheo y compañía. En fin dejando este pequeño detalle de lado, analicemos lo que acontece a los personajes principales. Aquí nos encontramos con el desaprovecho de varios personajes. Por un lado tenemos a Morpheo, o lo que queda de él mejor dicho. Porque yo no sé que ha sido del imponente, del misterioso, del poderoso, del carismático Morpheo de la primera parte. ¿Se habrá hecho viejo?.

Claro que por otro lado tenemos a Trinity que ha pasado de ser la chica dura e interesante de la primera parte a ser solo la chica del prota, ya que ahora lo que importa es el amor y se sacrifica por ayudar a Neo porque están enamorados, cuando en la primera ya lo daba todo por él porque creía en él. Y viendo el final de la trilogía me viene a la cabeza la escena de la rave party con la escena de sexo de fondo, ¿a cuenta de qué viene la escena de sexo?, yo esperaba que en Revolutions le dieran algún sentido (embarazo del próximo elegido por ejemplo), pero ya veo que es otra de las muchas cosas sin sentido.

En fin, quizás deberían haber visto los Wachowski The Italian Job para aprender que no necesariamente hay que desarrollar una historia de amor que se intuye cuando no aporta nada imprescindible a la trama. Y no me digan que Trinity si no estuviese enamorada no actuaría así, desde el principio se ha tratado de salvar a la humanidad de las máquinas. Es de agradecer que no lo hayan hecho también con Morpheo y Niobe. Y para colmo maltratan al personaje hasta el punto de que la escena de su muerte se alarga hasta la exasperación. Realmente impresentable ese discursito final de Trinity.

En fin que si no fuese por el agente Smith, auténtico rey de la función, o Seraph no tendríamos ningún personaje carismático en la segunda y tercera parte de Matrix.

Pero no todo iba a ser malo en Matrix Revolutions, ya que como siempre destaca un trabajo técnico incomiable. Los efectos especiales son impresionantes y los de sonido le van a la zaga. Por otra parte tenemos también la batalla final entre Neo y Smith, sin duda lo mejor de la película. El efecto de la lluvia, el efecto de los personajes volando y los brutales golpes, hacen de esta escena una de las peleas que estoy seguro que será modelo a seguir en próximas películas de acción.

Hechando la vista atrás y viendo el conjunto, cada vez aprecio más el valor de The Matrix como película independiente de las otras. Para mí Matrix no será una trilogía, será una gran película con dos secuelas, que si bien tienen gotas de gran cine de acción, no están a la altura del original.