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Crítica - Mein Führer

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'El Judío que entrenaba a Hitler'

22/07/2009 - Por Belén Gómez

(2/5)

Mein Führer
Director: Dani Levy
Intérpretes: Helge Schneider (Adolf Hitler) / Ulrich Mühe (Prof. Adolf Israel Grünbaum) / Adriana Altaras (Elsa Grünbaum) / Sylvester Groth (Dr. Joseph Goebbels) / Stefan Kurt (Albert Speer)
Duración: 89 minutos
Sinopsis: 1944-1945. Deprimido por sus recientes fracasos, Hitler es incapaz de redactar los deseos para el Año Nuevo que animen al pueblo alemán y debe contar con el talento de su viejo profesor de retórica, el judío Adolf Grünbaum. [...]
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Estreno en España: 7 de Agosto de 2009

CRÍTICA



Quitando hierro a la segunda guerra mundial el director Dany Levy escribe y dirige este drama con ganas de convertirse en comedia. No se trata de un relato histórico ni realista sobre la guerra ni sobre sus protagonistas sino una fábula sobre lo que pudo haber sido y quizá fue.

Recogiendo algunos detalles reales sobre los últimos meses de Hitler en Berlín, Levy construye esta historia sobre un actor judío, Adolf Grünbaum (Ulrich Mühe) que es obligado a entrenar al deprimido Adolf Hitler (Helge Schneider) para que pronuncie un importante discurso triunfal. El juego de la relación entre ambos personajes es la base de una historia que no consigue sus propósitos. Levy, que en su día protestó contra el estreno de La lista de Schindler, deja claras sus preferencias a la hora de afrontar la representación de la época: la sátira, donde los judíos son nobles y los alemanes, muy muy tontos.

El propio director trata de equiparar su película con La vida es bella, pero nada más lejos de la realidad. La maravilla de Begnini era inteligente, sensible y sorprendente. En Mein Führer en cambio se nota el intento por parecerse a aquella (niño incluido) aunque el resultado es torpe, sensiblero y forzado. Con algunos chistes a lo Mel Brooks, Levy presenta un Hitler marcado por una infancia difícil y usa al profesor judío para que el personaje se ridiculice a sí mismo. El problema de hacer ahora una película sobre Hitler es que El hundimiento y Bruno Ganz quedan demasiado cerca. Helge Schneider no se acerca ni un poco a Ganz y llama más la atención por el abundante maquillaje que por la interpretación. En cuanto a Ulrich Mühe, que saltó a la fama internacional con La vida de los otros, tampoco consigue levantar un personaje demasiado dubitativo. Incluso Mühe tiene algunos de los gestos (además del aspecto) de Ben Kingsley en La lista de Schindler.

El principal problema del guión es que es imposible creer que entre Hitler y Grünbaum se cree una relación tan estrecha en menos de cinco días. Muy lejos de películas como El gran dictador, Mein Führer resulta lenta y obvia, con momentos graciosos por su patetismo pero floja en su intención de sátira. Parece que Levy no ha sido capaz de construir su propia versión de La vida es bella, precisamente por querer imitarla.

 

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Comentarios (2)

08:11 - 22/07/2009

Tentaculo Morado

No me llama nada la atención, y tras tu crítica, menos.

13:08 - 22/07/2009

morneo

La veré por curiosidad.


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