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Crítica - Espías en la sombra

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'Rindiendo homenajes'

18/03/2009 - Por Evelio Barbero

(4/5)

Espías en la sombra
Director: Jean-Paul Salomé
Intérpretes: Sophie Marceau (Louise Desfontaines) / Julie Depardieu (Jeanne Faussier) / Marie Gillain (Suzy Desprez) / Déborah François (Gaëlle Lemenech) / Moritz Bleibtreu (Coronel Heindrich) / Maya Sansa (Maria Luzzato) / Julien Boisselier (Pierre Desfontaines) / Vincent Rottiers (Eddy) / Volker Bruch (Teniente Becker) / Robin Renucci (Melchior) / Xavier Beauvois (Charles Granville)
Duración: 118 minutos
Sinopsis: Durante la ocupación nazi, Louise huye a Londres después de que su marido haya sido asesinado y, decidida a vengarse, se une al SOE, un servicio secreto de información y sabotaje que depende de Churchill. Su primera misión le es asignada [...]
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Estreno en España: 8 de Abril de 2009

CRÍTICA



Rindiendo homenajes (4/5)

Cuando uno se acerca a una cinta ambientada en la segunda guerra mundial, protagonizada por cuatro mujeres de armas tomar (y nunca mejor dicho), y que encima es de producción francesa, la verdad es que se echa a temblar. Uno entra esperando una película de acción fantasiosa realizada a mayor gloria de sus protagonistas, a las que solo se las exige que luzcan palmito y que atraigan al público masculino a las salas.
Pues en este caso nos encontramos algo totalmente distinto. Por frívola que pueda parecer desde fuera, desde luego el contenido es bastante más serio. Tan serio como que está basada en hechos reales.


(Más imágenes en su galería)



Jean-Paul Salomé, a la sazón director y guionista, rinde homenaje a ese grupo de mujeres que no figuran en los libros de historia, pero que sin duda pusieron su parte en el desarrollo de la segunda guerra mundial, combatiendo a los alemanes desde la resistance francesa. Concretamente, se centra en estas mujeres cuya misión fue neutralizar al responsable del contraespionaje alemán, y evitar que el plan para el desembarco de Normandía fuera conocido por el enemigo antes de tiempo.

Y la verdad es que tratándose de una película europea, con lo que ello supone de cara a la financiación, el acabado es realmente convincente, gracias en gran parte a una acertada dirección artística apoyada en muchas escenas rodadas en escenarios naturales. Para no ser un director con una gran trayectoria detrás, Salomé consigue elaborar un acertado retrato de los hechos relatados gracias en parte al buen uso del montaje desplegado en la cinta. En ese aspecto, escenas como la primera incursión de las chicas (la mejor escena de la película) o la misión en el metro de París, rallan a gran altura dentro del resultado global.

Y todo ello conseguido sobre una premisa tan fina que podía tirar por tierra todo lo citado anteriormente. La historia de cuatro chicas guerrilleras está tan cerca de lo inverosímil que cualquier patinazo al respecto hubiera destrozado la película irremediablemente. Por suerte las actrices están realmente creíbles, destacando como no podía ser de otra forma, Sophie Marceau como la sólida líder que dirige a sus compañeras a tan importante misión. Ellas son sin duda el motor de la película ya que todo gira en torno a la misión que deben acometer, pero sin duda, su enemigo a batir está a la altura del reto. El alemán Moritz Bleibtreu, encarna al frío y calculador coronel Heindrich, cuyo caso recuerda por momentos la temática del caso Valkiria, salvando las distancias.

Para ser justos, hay que reconocer que si esta cinta viniera de USA, el resultado final jugaría en otra liga por la diferencia de presupuestos. Pero viniendo de donde viene, y con los capitales que se mueven a este lado del Atlántico, se agradecen películas de este calibre, que más allá de intentar sentar cátedra o señalar a alguien como culpable, se limitan a rendir homenaje a gente a quien la historia ha dejado de lado.

RUEDA DE PRENSA



Aprovechando que el photocall y la rueda de prensa eran en el mismo salón, Sophie pasó tan rápido de las fotos a los micrófonos que casi no dio tiempo a poner la grabadora en marcha. Eso sí, atendió con gran simpatía a los medios y no escatimó a la hora de contestar las preguntas.


(Más imágenes en su galería)



P - Se suele decir que en una película histórica, con el decorado y con esos trajes, la mitad del trabajo ya estaba hecho. En este caso, ¿ha sentido con esa ambientación excelente que tiene la película, que efectivamente esa parte del trabajo, esa mitad del camino ya estaba andada?

R – Sí. Realmente uno cree lo que ve, y el cine es puramente visual. Es verdad que un actor, cuando se ve inmerso en este decorado tan magníficamente real de una sala de tortura o de una estación, con los nazis, con los perros, se ve proyectado en la realidad de la película que es a la vez la realidad en sí misma. Por eso es tan importante en el cine cada etapa, porque puede parecer frívola la elección de una camisa. Puede parecer ridícula, pero un actor se puede sentir muy identificado, o ha hecho la mitad del camino con una camisa, con un sombrero o con unas botas.

P – Supongo que ha debido ser muy complicado a nivel interpretativo el tener que interpretar a una experta francotiradora, además de hablar alemán, francés o inglés, y tener que estar corriendo y saltando, ser torturada y todo eso, tener todavía un talante frío y sereno.

R – Es mi oficio (risas). Lo que lleva más preparación es el hecho de que mi personaje sea francotiradora, y tengo que parecer cómoda cuando manejo las armas. He descubierto un mundo masculino muy fálico (risas). Las armas eran muy pesadas en aquella época, y quizás sea este el aspecto más fantasmagórico. Es verdad que era muy real, son accesorios para los actores y es algo que nos requiere más preparación, pero es algo también muy gratificante. Eso forma parte del papel de los actores. La verdad es que tienes la sensación de que cuantas más cosas haces, mejor has cumplido tu papel.

P – Los dramas bélicos, básicamente han sido siempre masculinos, elaborados de cara a un público masculino, y desde un punto de vista masculino. Sin embargo en este caso, además de desarrollar una trama donde las mujeres son las protagonistas, también se elabora el punto de vista de las mujeres. ¿En que medida esa originalidad del proyecto le llamó la atención y le atrajo a protagonizarlo?

R – Es verdad que son dos hombres los que han escrito el guión y las mejores películas de mujeres, las han hecho hombres. Ingmar Bergman, o por ejemplo aquí en España tenéis a Almodóvar que hace grandes películas sobre mujeres. Creo que el cine conjuga muy bien los masculino y lo femenino. Está la estructura, está la síntesis que puede ser más masculina, y está la emoción, el sentimiento, el análisis que pueden ser más femeninos. La vida y el mundo son así, y creo que la guerra también es así. Es cierto que la guerra se la han apropiado los hombres y son los que decidían que eran ellos los que iban a luchar. Lo hemos dicho, era muy difícil, muy pesado y exigía mucho esfuerzo físico, pero las mujeres se ocupaban de los niños y los niños también participaban de las guerras y sufrían las consecuencias. Les traumatizaban los bombardeos y el perder a seres queridos. Es cierto que han sido los hombres los que se han puesto las medallas y han arrojado luz sobre sus hazañas, lo que habían hecho, lo que habían conseguido. Es cierto que también está el reverso de las medallas en las guerras, que también eran actos heroicos, pero también muchas veces eran traiciones y colaboraciones con el enemigo, y la anécdota de esta película es que son mujeres. Mujeres que siempre han querido ser muy discretas, mujeres que no han querido salir a la luz, pero mujeres que existían y que fueron reales y que esta película relata.

P – Lleva muchos años delante de las cámaras. ¿Qué tipo de papeles le interesan ahora y que supuso para usted la experiencia en Hollywood con papeles como en Braveheart o su trabajo como chica Bond? ¿Por qué decidió volverse y no permanecer en Hollywood?

R – Nunca me fui a vivir a Hollywood (sonríe) ¡Qué idea! Mi oficio evoluciona en función de la tecnología, y yo como actriz, evoluciono en función de “mí” tecnología. Es decir, como evoluciono, como envejezco, como crezco. Soy mi propio instrumento, si puedo decirlo así. Las decisiones que tomo a la hora de escoger un papel u otro, va en función de cómo soy en la vida. Lo que interpreto a los cuarenta no lo podía interpretar antes, y lo que voy a interpretar a los sesenta, probablemente será otra cosa. Somos un poco los representantes de la comedia humana, con toda la humildad. Hay muchas cosas que decir, muchas cosas que expresar, y hay que ir evolucionando con la edad y con el paso del tiempo, y cuantos más años tienes, más cosas tienes que decir. Por tanto, cuanto más avance, más trabajo voy a tener (risas).

P – Me gustaría saber si conocía usted la historia de Louise antes de hacer la película. ¿Esa historia en Francia es muy conocida? ¿Louise sacó un libro de memorias o algo así? Después de las preguntas me gustaría que hiciera una reflexión. Hemos visto como este año el cine francés, con películas como La clase, Bienvenidos al norte, y otras grandes películas, está haciendo cuotas históricas de pantalla. Me gustaría saber su reflexión sobre esta nueva edad de oro del cine francés.

R – No, la mujer de la que habla la película no era conocida en Francia. Hubo un pequeño artículo en un periódico que hablaba de su muerte y fue como la idea para el director como punto de partida, como modelo para escribir su historia. Estas mujeres, de las que leí muchos testimonios antes de hacer la película, no tienen muchas ganas de hablar de ellas ni de escribir libros, ni de contar su historia, sino que son más bien muy discretas. Hay que ir realmente a hablar con ellas y a preguntarles y pedirles que den su testimonio de cual fue su historia. Esta película ha cambiado la imagen que yo tenía de las mujeres durante la segunda guerra mundial. Veía más mujeres que se habían acostado con el enemigo, que las afeitaban el pelo… Es curioso como vosotros, los medios de comunicación, dais una imagen de la “realidad” que estáis evocando. Es verdad que estas mujeres son una realidad. Estas mujeres que han luchado y han participado de manera activa en la resistencia, y creo que Jean-Paul Salomé (director y guionista) ha querido hacer más un homenaje a estas mujeres que a la propia resistencia.
En cuanto a la pregunta sobre el cine francés, es cierto que estamos teniendo unos hermosos años para el cine. El público francés va a ver películas francesas. Es cierto que el cine americano está muy presente en todo el mundo, y quizás deberíamos sacar lecciones de cómo hacen ellos las películas. No creo que haya que hacer películas francesas de una manera distinta, porque es cierto que las películas francesas que han tenido éxito, han sido películas muy francesas. Creo que es interesante por ejemplo, con Bienvenido al norte, que es una película muy identitaria. Es una película donde la gente reconoce a un grupo de población muy bien definida. Cada pueblo, cada país, cada cultura tiene que identificarse con ellos mismos. A los franceses les encanta ver una película francesa, reirse del humor francés, con las caricaturas de los franceses, igual que en Alemania les encanta ese cine alemán que tampoco sale de sus fronteras. Yo creo que el cine nacional es muy importante, y eso es una cosa que saben hacer muy bien los americanos. Saben hablar muy bien de ellos, de su cultura y de su historia, y eso se exporta muy bien porque la cultura americana está muy presente fuera, pero lo cierto es que hablan claramente de ellos a todos los niveles. Las películas que han triunfado en Francia son muy francesas, y siendo nosotros mismos nos hemos convertido también en universales porque son cintas que han funcionado muy bien en el mundo entero.

P - ¿Cuál es su opinión sobre el cine español en este momento? ¿Qué proyectos tiene?

R – El cine español ha existido siempre, pero si es verdad que últimamente está más presente en todo el mundo, que se exporta muy bien y se habla mucho de él. Es verdad que tiene su pasta, su pátina, aunque luego cada director sea muy distinto, pero ha sabido afrontar al cine americano. Es un cine que se ve mucho en Francia y en América. No se si es difícil producir en España, en eso no tengo ni idea, pero creo que no solo en el cine es difícil producir y hacer cosas, sino que el mundo entero está en crisis y es difícil producir cualquier cosa. Cuantas más culturas se puedan expresar y ver, mucho mejor, y en París tenemos la suerte de que podemos ver películas de todo el mundo y en versión original, que no es moco de pavo. El cine español me gusta mucho y me parece que es un cine muy vivo.
Sobre mis proyectos, he rodado mucho el año pasado. Acabo de estrenar dos películas y están pendientes de estreno otras dos. Quiero hacer ahora una pausa para saber donde tengo la cabeza (risas). Tengo el lujo de poder elegir, es un lujo que siempre me he concedido. No tengo ganas de hacer una película solo por hacerla. Tengo ganas de tomarme mi tiempo, de escribir, de trabajar un poco, de pensar. No tengo ganas de precipitarme.

P – Volviendo a la película, la resistencia, aparte de ser un hecho histórico, tiene una mitología que los espectadores de todo el mundo conocen. Cuando uno se centra en una mitología tan poderosa como actor, ¿no tiene miedo de rozar el estereotipo en algún momento? No digo que sea el caso, pero ¿han trabajado precisamente para evitar esos estereotipos que a veces tiene el cine?

R – Es verdad que no tengo miedo ni a los clichés, ni a los estereotipos, ni al ridículo ni a nada. Realmente como actriz, tampoco es que arriesgues tanto. Es un riesgo relativo. No voy a ir a la cárcel por lo que estoy haciendo. Como director si es verdad que arriesgas un poco más, al fin y al cabo esto no era una historia mía. Como directora si pienso más en los riesgos que pueda correr. Como persona creo que no tengo ninguna estrategia. No soy una persona que diga “hago esto”. No necesito justificarme. Si hay referentes, qué bien, si no los hay, pues también. La verdad, consiste en que te lo creas o no te lo creas. Siempre hay algo nuevo, siempre hay algo distinto, nunca es igual. Es distinto a que el tema sea redundante, que no tenga modernidad, que se insista sobre lo mismo, pero eso va más con el guión, con el director. Realmente un actor está siempre haciendo cosas nuevas. El único problema que puedes tener es repetirte a ti misma, apoyarte en las certezas que ya tienes. De todas formas, para hacer este papel lo abordé de una manera totalmente distinta. Normalmente soy una persona que pienso mucho en las cosas, le doy muchas vueltas, necesito escribirlo todo, sacar conclusiones, y sin embargo dije no, me dejo llevar porque la situación de la guerra es más fuerte de lo que yo pueda imaginarme, que todos los trucos que pueda pensar o todas las historias paralelas que pueda necesitar. La guerra es más fuerte que todo eso y entonces, soy como espectadora que me dejo llevar por la situación que me plantea.

P – Con tu belleza y talento, me extraña que después del éxito de Braveheart o Bond no hayas hecho más proyectos. Con la libertad que tenías para elegir proyectos, ¿a qué proyectos has dicho no o has rechazado? Me extraña mucho que no hayas trabajado más fuera de tus fronteras.

R – Lo que he rechazado se me ha olvidado (risas). Está bien, estoy contenta. No estoy disgustada con las decisiones que he tomado con lo que me han propuesto. Hay cosas que han salido mal, hay cosas que lamentas, hay muchas cosas que no volverías a hacer en una segunda vida. Es verdad que hay personas a las que no conoceré, directores con los que me habría gustado trabajar y con los que ya no trabajaré, pero soy una persona bastante tranquila y bastante coherente. Quiero decir, siempre pienso que hay una razón por lo que no ha ocurrido. Soy más proclive a decir gracias por lo que me proponen que a enfadarme por lo que no me han propuesto. Creo que mi carrera se parece a mi forma de ser. Me deja tiempo para mí misma, para hacer lo que quiero hacer. No soy de ese tipo de actores que quieren estar en todas las fotos, en todas las fiestas, en todas las películas. Nunca he corrido para hacerme una carrera, de hecho, nunca he decidido ser actriz ni es una cuestión que me haga todos los días. Me queda un poco de tiempo aún por vivir, y entonces pienso en qué voy a hacer, qué es lo que me interesa de mi vida, que es lo que me interesa realmente. Hago proyectos de vida, no solo de mi profesión o de mi carrera. Todo lo que no he hecho me ha dejado tiempo para hacer otras cosas.

P – En tu faceta como directora, el ser un icono en Francia, ¿ayuda a levantar tus proyectos o es una losa?

R – No, hay cosas a favor y en contra. Si llamo a un productor para conseguir dinero, me cogen el teléfono, está claro (risas). Es más rápido pero eso no quiere decir que me vayan a dar el dinero, porque lo que les interesa es que yo esté delante de las cámaras, no detrás. Como actriz represento un valor comercial, pero como directora, cero. Es más bien al revés, dicen: Oh, ha llamado Sophie Marceau. Ah, es como directora (risas).
Es así, pero no me impide seguir intentándolo. Podría haceros una lista de puntos a favor y en contra. Pero es así la vida. No creo que haya nada cien por cien positivo o negativo.

Con esta pregunta se dio por cerrada la rueda de prensa, pero Sophie aún tuvo unos minutos para firmar autógrafos y hacerse fotos con los medios presentes.

 

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Comentarios (3)

16:19 - 18/03/2009

NormanBates

No quiero parecer machista y superficial pero al ver a las protas y la nacionalidad solo me ha asaltado una pregunta

¿Las protas muestran carne? xD

18:44 - 18/03/2009

elChupao

Creo recordar que solo una, y tampoco mucha. Y no, no es Sophie :Ð

21:10 - 18/03/2009

NormanBates

elChupao escribió:Creo recordar que solo una, y tampoco mucha. Y no, no es Sophie :Ð


Para "ver" a Sophie voy al videoclub y me alquiló cualquier pelicula francesa suya y de seguro acierto.

La que me ha llamado la atención de sobremanera es la rubia :P


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