RocknRolla
Director: Guy Ritchie
Intérpretes: Gerard Butler (Uno Dos) / Tom Wilkinson (Lenny Cole) / Mark Strong (Archy) / Thandiwe Newton (Stella) / Toby Kebbell (Johnny Quid) / Idris Elba (Murmullos) / Tom Hardy (Bob el Guapo) / Karel Roden (Uri Omovich) / Chris 'Ludacris' Bridges (Roman) / Jeremy Piven (Mickey) / Jimi Mistry (Concejal) / Matt King (Cookie) / Nonso Anozie (Tormenta) / Geoff Bell (Fred la Cabeza) / Dragan Micanovic (Victor) / Michael Ryan (Pete) / Alex Kovas (Checheno) / Gemma Arterton (June) / David Bark-Jones (Bertie) / Roland Manookian (Bandy) / David Leon (Malcolm) / Bronson Webb (Paul)
Duración: 114 minutos
Sinopsis: Cuando un mafioso ruso consigue un jugoso acuerdo de compraventa ilegal de terrenos, en el cual hay bastantes millones de dólares de por medio, todas las ramas del mundo de la delincuencia londinense quiere participar y meter baza para sacar tajada. [...]
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Estreno en España: 1 de Enero de 2009

CRÍTICA

Cangrejos, cuadros y Rock and roll (3/5)

Dice una máxima, una de esas leyes no escritas, que si algo funciona no lo toques. Eso es lo que ha debido pensar Guy Ritchie al volver al estilo de las películas que le dieron mayores reconocimientos, Lock & Stock y Snatch. Algo que desde luego hay que reconocerle, es que sin inventar nada ha conseguido hacerse un estilo propio e inconfundible tanto en las dos películas citadas como en esta última. Todas ellas llevan el mismo sello de la casa.

La formula no obstante, aunque sigue funcionando correctamente empieza a acusar el desgaste que produce lo repetitivo. Con Snatch puso el listón tan alto que ahora, aún siendo una cinta más que aceptable, hace que las comparaciones (odiosas, como siempre) hagan parecer a RocknRolla una cinta menor, porque en el fondo el patrón es el mismo en ambas. Guy se adapta a los tiempos y donde hace ocho años la mafia se movía por diamantes, ahora se mueve por lo que algunos creíamos que era patrimonio puramente nacional: el pelotazo urbanístico.

Cuando Lenny Cole (Tom Wilkinson), un mafioso controlador de las licencias urbanísticas a su antojo trata con Uri, un acaudalado hombre de negocios ruso que quiere construir un estadio y que guarda un sospechoso parecido físico con Roman Abramovich, millonario ruso dueño del Chelsea en la vida real, se disparan las típicas historias cruzadas de las películas de Ritchie. Varias personas tras el dinero de la operación y un cuadro que supuestamente es talismán que cambia de manos tantas veces como cambiaba el diamante de Snatch. Si cambiamos a los cerdos de entonces por los cangrejos de ahora, casi tenemos ya el subtitulo perfecto para el título.

Se echa de menos el humor gamberro que en trabajos anteriores predominaba y en esta se queda en segundo plano, aunque no por ello deja de tener escenas memorables, como el cursillo que da Archie (Mark Strong, el descubrimiento de la película) sobre dar una señora bofetada, o la escena en la que Gerard Butler e Idris Elba hablan de la homosexualidad de otro compañero de fatigas. Tanto Strong como Wilkinson son los pesos pesados de la película, y aunque Gerard Butler no está mal en absoluto, no llega a trasmitir el carisma que dejaba Jason Statham en los trabajos anteriores.